viernes, 17 de julio de 2015

Diez días con el iWatch


Desde el día que colgué en Twitter y Facebook la foto estrenando el iWatch no he parado de recibir mensajes preguntándome si merece o no la pena comprarlo. A todos les dije lo mismo: “espera diez días y te cuento”.

Diez días después de atravesar la puerta de la Apple Store de Palo Alto con una sonrisa de oreja a oreja, comparto con vosotros mis primeras experiencias.



Su diseño me parece bonito, discreto (si bien lo puedes combinar con pulseras de todos los colores…que por cierto, son un gran negocio para Apple) y ligero (pesa muy poco, pero es que yo estoy acostumbrado a llevar relojes grandes). Quizás por eso lo que menos me gusta es el tamaño de la pantalla; tengo el grande (42mm) pero me hubiera gustado que fuera un poco mayor. Me he comprado el de aluminio con la correa negra porque considero que sobre todo lo usaré cuando trabajo, de ahí que haya optado por una opción discreta y a la vez deportiva.

Sus principales puntos fuertes: me encanta la nitidez de su pantalla retina y la usabilidad del dispositivo.  En quince minutos lo manejas como si llevara contigo toda la vida. La idea de Apple de instalar una “corona” confiere al iWatch aspecto de reloj pero sobre todo es ideal para no tener que poner tu dedazo en la pequeña pantalla: puedes hacer el scroll con la corona y la usabilidad es estupenda. Además de la corona Apple ha introducido un concepto llamado “Force Touch” que distingue entre  una pulsación normal de la pantalla (un “toque”) y una presión más fuerte (pudiendo así llevar a cabo diferentes funciones). Por cierto, también me ha gustado el discreto modo en el que te “avisa” con una ligera vibración que sientes en tu muñeca.

Pero más allá de la estética y la usabilidad, vayamos al grano. ¿Para qué sirve un iWatch? Yo he encontrado una funcionalidad que ya justifica mi compra: poder pasar las diapositivas de mis Keynotes sin recurrir al clásico dispositivo tipo puntero. Algo que además no podía usar si corría mi KeyNote desde el iPad o desde el iPhone. Pero lógicamente, tiene que ser algo más que un “puntero” de 500 euros.

Con respecto al resto de apps he de comentar que las “nativas” desarrolladas por Apple funcionan de maravilla, pero que las apps desarrolladas por terceros están aún verdes. Supongo que con el paso de las semanas los desarrolladores aprenderán a optimizarlas. Muchas de ellas me han parecido muy lentas (es una sensación rara quedarte absorto mirando tu reloj durante más de diez segundos mientras carga algo). Al ser el iWatch un “satélite” de tu iPhone (la nave nodriza) la comunicación es vía Bluetooth y algunas aplicaciones son (por ahora, espero) demasiado lentas.  También he notado que me “impaciento” más con el iWatch que con el iPhone (al cual no se por qué pero tolero más la lentitud al realizar ciertas operaciones). Me dicen que esto se resolverá con la llegada del nuevo sistema operativo (WatchOS 2) en cuanto termine el verano. Afortunadamente para mí me voy de vacaciones y no voy a meterle mucha tralla…

Me ha gustado mucho la posibilidad de recibir notificaciones en tu iWatch (mensajes, llamadas, emails…). No tienes que andar sacando tu teléfono para leerlas, con lo cual ahorras tiempo; sobre todo porque el teléfono te distrae (“entretiene” demasiado). ¿Qué haces cuando te vibra el móvil en el bolsillo? Lo sacas….miras….abres el whatsapp…quizás respondes…y ya que estás…revisas el email…quizás el Facebook, Instagram….la bolsa…. Te “descentra” de lo que estás haciendo cuando te llega la “alerta”. Pues con el iWatch no pasa. Simplemente ves que tienes un mensaje…lo lees….y sigues con lo tuyo con más facilidad que cuando sacas del bolsillo el móvil y el efecto “yaque” te la juega (“ya que” tengo el móvil en la mano….). Por cierto, es más “discreto” girar la muñeca cundo vibra y mirar de reojo (para ver de qué va la alerta) que sacar el móvil del bolsillo (lo digo porque molesta cuando estás en una reunión con alguien que saque su móvil cuando le vibra). O por ejemplo, con el iWatch evitas “poner el iPhone encima de la mesa” (algo muy típico en las reuniones) por si me “entra algo” (lo que a veces es una falta de respecto para con tus interlocutores; una especio de “lo que me puede venir es más importante que lo que tú me puedes contar”).

Solo con la discreción que te aporta el iWatch, ya merece la pena.

Otra cosa que me ha gustado (aunque para muchos sea una tontería): la app que me obliga a levantarme cuando llevo mucho tiempo sentado, que mide el tiempo diario que he estado de pie, las calorías que he quemado, etc. Estas métricas las representa en unos anillos concéntricos  de colores que te permiten, en un vistazo, ver cómo va tu día en cuanto a ejercicio (hombre, los que hacen deporte todos los días no necesitan esta aplicación, pero para los que tenemos una actividad en ocasiones sedentaria nos viene muy bien)

Eso si, para los deportistas se me antoja ideal el iWatch. Al margen de todo tipo de aplicaciones para medir tu rendimiento puedes almacenar música y escucharla con auriculares Bluetooth sin tener que llevar tu iPhone. También te permite manejar la música de tu móvil (lo puedes llevar en la mochila y cambiar de canciones, hacer un pause, etc. sin sacarlo).

Las utilidades relacionadas con la movilidad son su otro punto fuerte: desde seguir con el reloj tu trayecto con los mapas hasta llamar a un Uber o localizar un restaurante con Tripadvisor. Además, la excelente calidad de la pantalla retina contribuye a que estas funcionalidades sean geniales. Hasta ahora siempre he sido de “Google Maps” pero con el iWatch empezaré a probar los mapas de Apple. Además te va indicando la ruta mediante “vibraciones” para evitar tener que caminar con el móvil en la mano. Y siempre puedes girar tu muñeca y ver la ruta en la pantalla.

También estoy empezando a sacarle juego a Siri. Pero ya me han vacilado un par de veces cuando me han pillado “hablando al teléfono” (“¡Qué! ¿Llamando a Kit?”). Está bien para escribir citas rápidas en tu agenda o notas sin tener que meter la mano en el bolsillo para sacar tu móvil.  O para marcar un teléfono cuando conduces. También tiene un altavoz para mantener conversaciones.., pero aún no lo he probado (el efecto “Kit” me ha retraido)

Con respecto a la batería….los primeros días acababa muerta. Claro, todo el día jugando, probando…. Pero ahora me llega al fin de la jornada con un 30% o más.  Cierto, hay que cargarlo todas las noches. Cierto, otros wearables durán más. Pero seguro que no hacen lo que hace el iPhone (con esa pantalla tan maravillosa, nitidez, etc.).

¿Esperar a nuevas versiones? Creo que el iWatch como “máquina” es excelente (calidad de imagen, funcionalidad, estética) y que lo que ha de mejorar es la funcionalidad de las aplicaciones (pero para los desarrolladores será cuestión de semanas)

Compré el primer iPhone; el primer iPad lo reservé el mismo día en que Steve Jobs lo presentó; no podía dejar de comprar el iWatch en cuanto saliera. Y despue´s de diez días estoy muy contento con él. Pero reconozco que cuando compré mi iPhone 1 o mi iPad 1…estaba “encantado y emocionado”. ¿Merece la pena? Yo sinceramente creo que si. Desde el punto de vista racional, ahorra tiempo, ganas discreción al no tener que andar sacando el teléfono o poniéndolo encima de la mesa, te facilita muchas funciones que desarrollas a lo largo del día; está genial para ir a correr, andar en bici, etc.… Y desde el punto de vista emocional… si eres “Apple” tienes que comprarlo si o si.

De todas formas, una vez que Apple ha puesto a la venta su iWatch…el fenómeno será imparable. De aquí a un año, la mayor parte de vosotros tendrá un reloj wearable (sea cual se marca).