domingo, 15 de noviembre de 2009

Sueños compartidos


He leído con detenimiento lo que habéis escrito y tengo que deciros que me gusta.
Nosotros creemos que los proyectos empresariales se construyen alrededor de sueños, de utopías y eso ¿por qué?
Porque creemos que los humanos nos tenemos que marcar fronteras, fronteras que con frecuencia deben de ser muy lejanas sabiendo que la nueva frontera va a actuar como atractor de nuestras ilusiones, va a ser un potentísimo magneto que nos va a atraer.
Durante mi vida profesional hemos soñado varias veces, la primera que recuerdo fue allá por 1984 cuando nos formulamos la pregunta ¿y por qué no somos nosotros los líderes del mercado global en nuestro producto? y a continuación de ella ¿qué nos lo impide?, ¿no será que nosotros tenemos en nuestras mentes la barrera, la frontera que nos limita nuestra capacidad?
Cuando nos contestamos adquirimos conciencia de que era posible y ello nos llevó a cambiar radicalmente nuestra aproximación al trabajo, a desprendernos de muchos prejuicios, a cruzar la frontera. En 1990 nuestro sueño compartido se cumplió y 20 años después continúa siendo una realidad.
Era 2007 y volvimos a soñar, en esta ocasión con la ayuda de nuestro emotalento, y ¿qué nos preguntábamos esta vez?, pues nada más y nada menos que si somos los referentes en nuestra industria ¿por qué no pensamos en ser la mejor o unas de las mejores empresas del mundo?, lo cierto es que alguna debe de ser la mejor y ¿qué restricción hay para que esa alguna no sea Vicinay?, otra vez la respuesta es la misma la restricción está en las barreras que nosotros mismos nos ponemos. Estos días estamos viviendo y recodando como piedra a piedra en 1989 se demolió el muro de Berlín; nosotros estamos haciendo algo parecido, retirando piedras cada día que nos impiden ser los mejores. Lo que no sabemos hoy es cuán grande es la cantera que tenemos que limpiar pero con constancia lo haremos. A este proyecto le llamamos PEGASUS
Hemos reflexionado sobre lo anterior y hemos aprendido que este tipo de ejercicios pueden ser esenciales para que nuestro país pueda conservar una estructura empresarial competitiva y por lo tanto sostenible que a su vez haga de tractor para otras industrias.
¿Por qué no lo intentas tú?, a nosotros nos ayudarías.
Luís Cañada

viernes, 6 de noviembre de 2009

Emocionados por Vicinay


Esta mañana, las personas del Executive MBA de ESEUNE hemos tenido la oportunidad, gracias al ofrecimiento de uno de los compañeros, Jesús Navas, de conocer de cerca uno de los casos de innovación y personas más bonitos de nuestra zona: Vicinay Cadenas.

Su director general, Luis Cañada, nos ha hablado del desafío de aportar “alto valor añadido” a los “productos maduros”; y las claves para conseguirlo.

La aportación de valor requiere de importante esfuerzo cognoscitivo y en los días de globalización en los que nos movemos esta aportación sugiere la necesidad de aunar esfuerzos multidisciplinares sostenidos. Aportar novedades supone un alto consumo de energía, entiéndase de tiempo, esfuerzo, organización, cariño, por parte de las personas y del contexto de una Organización.

El Valor Añadido asociado al concepto de aportación novedosa sugiere, como contrapunto, que todo aquello que se convierte en habitual deja, por el hecho de ser habitual, de tener alto valor añadido. Tendrá, y mucho valor en algunos casos, pero no valor añadido, ya que desde el punto de vista del conocimiento, no se está aportando nada nuevo, simplemente se está aportando lo que se ha incorporado anteriormente.

Un caso particular de este escenario es el de la cadena de eslabón en general y el de la cadena naval en particular, producto que se puede considerar como uno de los más antiguos de entre lo metálicos ya que su origen se encuentra en los albores de la época de los metales, hace ahora más de 8000 años y que surgió en las montañas del Cáucaso, ya que en aquella época cuando un artesano del mundo agrícola decidió unir dos piezas de metal articuladas para conseguir una pieza más grande estaba realizando uno de los grandes inventos de la humanidad, estaba creando las bases conceptuales de la cadena de eslabón y sin saberlo estaba propiciando muchas cosas, entre otras, esta reflexión. Esto es, en el caso de la cadena, estamos hablado de un producto que tiene 8000 años en su acepción genérica y más de 200 años en la particular de uso naval.

A lo largo de los años (desde 1970 Luis trabaja en la empresa) ha podido percibir que la mayoría de las personas que se interesan por este producto tiene bajísimo conocimiento del mismo a la vez que multitud de prejuicios sobre la capacidad de incorporar valor y/o novedades, esto es, que la reflexión anterior se ajusta perfectamente a la experiencia profesional.

La empresa decidió enfrentarse a esta realidad, estableciendo un plan para dignificar su producto (la cadena) para que la sociedad le reconozca valor y los clientes puedan estar dispuestos a pagar más de lo que en un principio estarían si se tratara de un producto habitual. En otras palabras, es la lucha por incorporar valor añadido a un producto maduro, por conseguir el beneficio del mercado para que estas actividades queden en esta parte del mundo, y así poder dar satisfacción a las personas que comparten este proyecto empresarial.

¿Cómo han conseguido dar valor a un producto con 8000 años de antiguesdad? Según Luis Cañada las claves son:

Conocer el producto a fondo. Todo producto, por maduro que sea es una fuente de sabiduría. De este conocimiento profundo del producto se obtienen las bases sobre el cómo y el por qué y de ellas las identificación de las competencias esenciales propias y las que se puedan compartir con terceros sin tener riesgo de perder el control sobre el producto (preparación del trabajo que todo lo se deba de ejecutar, sea realizado “bien y a la primera”, para lo cual en cada caso hay que analizar una complicada casuística; siguiendo por la química ajustada y precisa del acero -punto de partida extremadamente importante; siguiendo por la conservación de la materia prima; la preparación para ser procesado; el precalentamiento preciso para ser conformada; la formación del eslabón y su incorporación como cadena; la soldadura FBW, proceso regulado por la teoría del caos, operación ésta de delicada belleza estética, además de profundo atractor tecnológico por la extrema dificultad de comprensión y por la escasez de conocimiento explícito a nivel mundial. Este hecho ya es un reto tecnológico para quienes como nosotros nos hemos propuesto aportar algo al saber humano; la limpieza de todos los excesos de la soldadura para que este sea prácticamente invisible al ojo humano; la calibración, por medios mecánicos, de los parámetros geométricos mas relevantes e importantes de la cadena; la manipulación y logística de grandes masas individuales y combinadas (nuestro eslabón individual mayor llega a pesar 700 kilos y la cadena de mayor peso ha alcanzado 450 toneladas); la verificación de la no existencia de defectos internos ni superficiales en el 100% de los eslabones y en el 100% de la sección, para lo que es necesario diseñar complejos equipos de inspección; etc.


Todo ello nos lo ha sintetizado en una palabra: emotalento; emoción y talento. Las personas de Vicinay, comenzando por el propio Luis, transmite emoción entorno a un producto tan antiguo y para muchos simple como puede ser una cadena.

La clave del éxito de la empresa reside precisamente en las personas, en su capacidad para emocionar emocionándose y en la generación de valor a través de su talento; en lo que llamamos innovación.

• Creando un espacio de integración de intereses donde las personas puedan compartir el proyecto. A este espacio se le dedican los recursos principales de la empresa.

• Conociendo las limitaciones de conocimiento del grupo para acudir a las fuentes del saber, fuentes que en nuestro caso hemos identificado en la Universidad y en los Centros Tecnológicos.

• Propiciando una Red de Conocimiento que se apoya en empresas del entorno cuyas competencias esenciales son complementarias y no conflictivas con las propias.

• Investigando internamente para dotarse de medios propios para gestionar la gran complejidad de las sin número de variables que afectan a la competencia esencial, en nuestro caso la soldadura FBW, para la qué en colaboración con los Centros Tecnológicos se ha diseñado (Labein, UPV…)

• Creando las bases para la total fiabilidad de la que se hace una extensiva trazabilidad sobre el 100% de lo que se pone en el mercado.

Estos medios y otros disponibles tienen la virtud de estar el alcance de cualquier persona de la organización y han permitido plantear a la industria el concepto de código genético de la cadena.

Con estas cosas, y algunas más, se llega a comprender que este producto maduro y habitual es un producto de una riquísima capacidad de ser conocido y por tanto de ser portador de Alto Valor Añadido y que cuanto las personas más vamos conociendo de él nos damos cuenta de que más nos queda por saber.

jueves, 5 de noviembre de 2009

El problema del drogadicto que no reconocer su adicción

Comentábamos en la sesión dedicada a la crisis con el Profesor Tamames que la aplicación masiva y coordinada de políticas públicas para amortiguar los efectos de la crisis en 2008 y 2009 ha contribuido a evitar el colapso del sistema. Encabezados por los Estados Unidos de América los principales gobiernos del mundo han desarrollado una política de estímulos sin precedente en la historia.

El paciente estuvo a punto de morir por sobredosis; se ha evitado su fallecimiento pero no se ha resuelto el problema: su dependencia de la droga.

La droga que ha estado a punto de acabar con la vida del paciente es el dinero. La era del dinero fácil iniciada a principios de los 2000 con las políticas de Alan Greenspan tras la crisis de las puntocom y el enfriamiento de la economía estadounidense tras los atentados del 11S, generó una adicción al dinero que llevó al endeudamiento generalizado a cientos de millones de empresas y particulares en medio mundo. Dinero fácil y abundante para todos.

Los efectos de la droga se han querido solucionar con droga. Los bancos centrales han inyectado altas dosis de dinero para evitar el colapso. Los gobiernos no han querido que el drogadicto sufriera síndrome de abstinencia; en lugar de los mareos, vómitos y dolores del “mono” se ha optado por inyectarle por vía intravenosa más dinero, esperando que, tras haber visto “las orejas al lobo” el paciente reconociera sus excesos y abandonara su dependencia.

Pero tarde o temprano nos tendremos que enfrentar al problema; el primer paso para solucionar una adicción es reconocer la misma. Sin duda, haber retirado la droga del mercado (el dinero), dado el excesivo endeudamiento y las negligentes inversiones realizadas por muchos en la era del dinero fácil, hubiera generado un proceso deflacionario de mayor envergadura si cabe que el que hemos padecido (caída de los precios de todos los activos) mediante un desapalancamiento generalizado por miedo a que los precios de esos activos continuaran cayendo.

El dinero público ha evitado ese desapalancamiento masivo y la caída de los precios. Pero, ¿ha solucionado el problema real? Los activos tóxicos no se regeneran fácilmente; las malas inversiones de ayer lo seguirán siendo mañana. Tarde o temprano el proceso deflacionario se dará, porque los excesos cometidos no tienen solución. Otra dosis de dinero ha calmado al paciente, pero no ha eliminado su problema. Tarde o temprano deberá reconocer que ha cometido excesos y ser consciente de que ha de pagar por ello.

Ayer mismo, el profesor de New York University, Nouriel Roubini (uno de los primeros economistas que advirtió de la que nos venía encima por culpa de las hipotecas subprime) ha recordado que seguimos viviendo en “una burbuja en todo tipo de activos”. El exceso de capacidad industrial al que el dinero fácil nos ha conducido amenaza con generar un fuerzas deflacionarias importantes. El precio de muchos activos se ha mantenido gracias a las políticas públicas, pero el problema de fondo sigue estando ahí: los activos tóxicos siguen siendo tóxicos (el mercado inmobiliario sigue sin estar ajustado, ahora se habla de una nueva oleada subprime con la caída de los precios de los activos inmobiliarios no residenciales –oficinas, pabellones industriales…), sobran fábricas de automóviles, de electrodomésticos… El riesgo de deflación está muy presente.

Los problemas de la FED

Otros prestigiosos economistas, como Philipp Bagus y Markus Schiml, hablan de los complejos dilemas a los que se enfrenta la Reserva Federal: una política monetaria tan agresiva, mantiene vivo al paciente, pero puede acabar con la vida del doctor. Incluso la propia FED podría llegar a ser insolvente.

La “calidad” del balance general del banco central estadounidense se ha deteriorado notablemente con las políticas llevadas a cabo para evitar el colapso (el rescate del sistema bancario). Y también ha aumentado la “cantidad” de del balance de la FED, con la compra masiva de activos tóxicos de los bancos (las famosas mortgage-backed securities, o títulos respaldados por hipotecas).

Estas políticas han funcionado a corto plazo; pero para que realmente sean efectivas, esos activos se han de “desintoxicar”, porque de lo contrario lo único que habremos conseguido es desplazar los riesgos del sistema bancario privado al gran banco público central. Si no se soluciona el problema de fondo (el valor de los activos tóxicos) simplemente habremos postpuesto el problema, evitando el colapso hoy, pero irremediándolo para mañana. Con el agravante de que ahora los “bancos malos” (bad bank) son los públicos.

Pero volvamos a la “droga” (al dinero que se inyecta). Los bancos centrales (el Banco Central Europeo entre ellos) ya nos avisado para que vayámonos pensando en un escenario en el que se vayan retirando poco a poco las medidas de estímulo excepcionales. Es lógico, porque el dinero no es un recurso ilimitado. Son muchos los que siguen pensando que las ayudas públicas no tienen fin: que el Plan E se renovará continuamente, que habrá planes renove para múltiples sectores, que se seguirán dando ayudas para la adquisición de vehículos, que el Estado salvará a los bancos que tengan problemas….

Yo recomiendo a todos que vayamos pensando en el siguiente escenario. Un escenario en el que los estímulos vayan desapareciendo.

¿Qué puede hacer la FED?

Por un lado, podría, como dice Bagus, “restaurar la fortaleza del balance del banco central”. Para ello es necesario reducir el tamaño y mejorar la calidad de su balance. Pero, ¿cómo hacerlo sin que la reversión de esas políticas vuelva a dejar expuesto al caos al sistema financiero? Como decíamos antes, el problema de fondo aún no se ha solucionado; simplemente se ha pospuesto.
Las medidas de los Bancos Centrales no han solucionado el problema: simplemente han retrasado lo inevitable.

Bagus defiende actuar a la bravas para llegar al fondo delo asunto: volver a la situación de antes de la crisis; es decir, devolver a los bancos privados los activos tóxicos y que quiebren las entidades financieras que tengan que quebrar”.

Es muy difícil para un drogadicto y su entorno reconocer la realidad, su problema. Cuando así sucede el sufrimiento es intenso. Tal vez sea necesario que el sistema sufra para poder solucionar definitivamente el problema. Bagus por lo tanto propone solucionar la crisis con medidas liberales y propone medidas como la recapitalización en el mercado, la nacionalización o la reestructuración de la propiedad de los bancos mediante la conversión directa de los acreedores en accionistas.

Brotes verdes

Una cosa es clara: no hemos aprendido ninguna lección. Solo hay que mirar a la Bolsa para darnos cuenta de lo que ha crecido desde marzo. Eso si, muchos parecen ignorar que ese crecimiento se ha debido en parte al chorro de liquidez mundial inyectado por las políticas de los Bancos Centrales y las políticas de estímulo.

No recuerdo quien dijo cuando se comenzó a hablar de brotes verdes que el único brote verde que veía el gobierno era el de la marihuana que se había fumados para afirmar que la economía salía de la crisis.

Tal vez tenía razón. Han aflorado brotes verdes de marihuana que han generado un efecto en quiénes se la han fumado. Hay mucho “colocado” viviendo en una fiesta (los inversores en bolsa, los concesionarios de coche celebrando las ventas de octubre, los presidentes de los grandes bancos españoles anunciando resultados, los ministros de economía presentando perspectivas para 2010…). Pero la fiesta puede terminar pronto. Que disfruten de la juerga unos meses más. Cuando desaparezcan los efectos de los brotes verdes de marihuana (los efectos de las políticas monetarias y los programas de estímulo) volveremos a la realidad.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Atraer cerebros no es lo mismo que atraer cabezas

En 2004 se desarrolló un régimen fiscal especial con el objetivo de atraer talento. Los profesionales extranjeros que vinieran a España a producir con su cerebro tributarían al tipo fijo del 24% por las rentas que generasen en nuestro país. Pero en lugar de rodearnos de cerebros que generan ideas nos hemos rodeado de cabezas que rematan corners.

La medida que inicialmente fue concebida para atraer científicos fue aprovechada por los clubs de fútbol para aplicar esas ventajas fiscales a las estrellas extranjeras que llegaban a nuestra liga. Uno de los primeros en beneficiarse fue David Beckham, que dicho sea de paso puso (sin llevarse royalties por ello) su apellido a la Ley. Un español que cobra más de 60.000 euros anuales paga a hacienda un 43% de sus ingresos mientras un galáctico del Real Madrid tributa únicamente el 24%. Solidaridad, equidad y justicia.

El PSOE ha pactado con BNG, ICV e IU la revisión de la Ley para que los trabajadores desplazados a España con rentas superiores a 600.000 euros anuales tributen el IRPF general, del 43%, y no al del 24%, como sucedía hasta ahora.
Se ha montado un buen revuelo con la noticia; pero no porque la reforma impida la llegada de nuevos científicos que contribuyan a generar un nuevo modelo productivo, desarrollando patentes biotecnológicas o interfaces para videojuegos, sino porque los clubs de fútbol se quejan ya que pueden perder a sus estrellas.

En su día se generó una gran polémico sobre si era ético o no que, en plena crisis económica, con cientos de miles de españoles perdiendo su empleo, el Real Madrid se gastara cientos de millones de euros fichando estrellas (para estrellarse en Alcorcón). En aquel entonces se dijo que una entidad privada puede hacer lo que quiera con su dinero. Lo comparto. Pero no pueden hacer lo mismo con el dinero de todos: el 19% de diferencia entre el tipo especial del cual se estaban aprovechando y el que pagan el resto de profesionales, es dinero que quitan de autopistas, hospitales, guarderías e I+D. Un galáctico extranjero que ha estado recibiendo los últimos cinco años 10 millones de euros anuales estaba dejando de ingresar a hacienda 1.9 millones de euros (es decir, 9,5 millones en 5 años).

El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (la asociación de clubs) amenazada veladamente con ir a la huelga, sabedor que un domingo sin fútbol puede generar un revuelo social superior al de una convocatoria de huelga general por parte de los sindicatos. Dice que al fútbol español “una modificación del régimen especial de impatriados le supondrá una factura de más de cien millones de euros, por lo que en el caso de ser adoptada habrá que tomar el camino de enfrentarse a esta decisión, llegando incluso a tener que parar la competición".

En primer lugar hay que aclarar lo que quiere decir “fútbol español”. La medida únicamente va a afectar a las arcas de los grandes clubes (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Athletico…), que son quiénes tienen extranjeros que perciben suelos de varios millones de euros.

En segundo lugar, pretende que esa factura de 100 millones de euros (un Cristiano Ronaldo, para entendernos) no la paguen los grandes clubes, sino que la paguemos entre todos los contribuyentes. Una medida justa y solidaria en tiempos de crisis, paro y déficit de las cuentas públicas.

En tercer lugar, ningún club debiera de pagar un solo euro con el cambio legislativo, si negociara los contratos con sus estrellas como hacen la inmensa mayoría de los trabajadores. Ese invento de sueldos “libres de impuestos” genera además un efecto negativo en términos de imagen, para el resto de trabajadores que ven cómo se les retienen cantidades en la nómina, pagan a la hora de hacer su declaración, etc. Pero claro, con tal de sacarse la foto con la estrella y ganar el favor de sus aficiones, con el dinero ajeno (el de los socios en el caso del Madrid y Barca) se firma a las estrellas lo que sea y como sea.

En cuarto lugar, la reforma no afectará a los últimos galácticos que han llegado a nuestro club, como el del portugués Cristiano Ronaldo o el sueco Zlatan Ibrahimovic, porque la nueva norma no se aplicará de forma retroactiva y sólo afectará a los contratos que se firmen a partir del próximo 1 de enero de 2010.

En quinto lugar, Astiazarán dice que "si se elimina esta fiscalidad la liga acabaría siendo menos interesante, habría menos consumo de televisión de pago y así, en cadena, menos interés de los patrocinadores, menos afluencia a los estadios y el Estado ingresaría menos fiscalmente". Una afirmación cargada de cinismo. Eliminar una fiscalidad preferencial para estos profesionales, no implica en absoluto que las estrellas extranjeras dejen de venir a nuestra Liga (y que, suponiendo que sean ellas las que llenan los estadios españoles y no Casillas, Villa, Iniesta, Xabi…, se vendan menos entradas, menos partidos de pago por visión, etc.), sino simplemente que los grandes clubes de fútbol deberán un poco más a esas estrellas extranjeras. A ver si ahora el Madrid no es capaz de pagar un par de millones de euros más al año a CR9 cuando se ha gastado en su fichaje más de 100).

En sexto lugar, da la casualidad de que España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un informe realizado por Ernst&Young Abogados, que compara la fiscalidad que soportan los clubes de fútbol por los jugadores de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y España. Solo en Holanda los futbolistas tributan menos. Si fuera cierto el vínculo fiscalidad – atracción de estrellas, los últimos balones de oro estarían pegando patadas en la tierra de los tulipanes y no habría grandes jugadores en la Premiere inglesa.

Necesitamos más cerebro y menos cabezas

Ideas creativas versus propuestas insensatas

La salida de la crisis sin duda requiere ideas innovadoras y propuestas creativas. La propuesta formulada ayer por el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, resulta muy interesante, salvo por un importante matiz.

Fernández Toxo propuso ayer reducir la jornada laboral para generar empleo. Es una idea sobre la que llevo hablando mucho tiempo, desde que allá por finales de los 90, cuando trabajaba en el ámbito de Internet, las TIC, la eficiencia, el e-Business, etc., como muchos antiguos alumnos recordarán, hablaba del “precio de la eficiencia”: las empresas invierten en capital tecnológico en detrimento del capital humano; la tecnología permite eficiencia (hacer más, con menos) y la concentración de los PIB de las economías avanzadas en servicios informacionales (productos financieros, telecomunicaciones, ocio digital, etc.) en detrimento de los productos físicos (fabricación de coches, muebles, etc.) tiene como consecuencia que cada vez los países avanzados producen más (generan mayor facturación) con menos personas. El precio de tanta eficiencia es, desempleo. La banca electrónica permite que los bancos atiendan hoy al doble de clientes que hace 15 años, con la mitad de empleados; la venta de billetes online y la facturación electrónica han permitido a las aerolíneas reducir personal; las etiquetas de RFID (radiofrecuencia) que poco a poco incorporan los envases de los alimentos, productos de limpieza, etc. harán desaparecer la figura de los cajeros y cajeras en los hipermercados. Como comentaba a fondo en “El último clavo ardiendo” una sociedad cada vez más eficiente por el uso de la tecnología tiene que redefinir las jornadas laborales porque de lo contrario no habrá trabajo para todos. Las personas hemos de trabajar 3 o 4 días a la semana, o mejor, únicamente media jornada. El efecto sobre la sociedad y la economía puede ser muy interesante: más tiempo para el ocio (nuevos negocios), más tiempo para la familia, los amigos (las relaciones humanas) y trabajo de más calidad en las empresas (menor cansancio, menor aburrimiento).

Toxo se apunta a este carro del reparto del trabajo, pero con un “matiz” que no comparto en absoluto: que esa reducción de jornada no lleve aparejada una reducción del sueldo y sea el Estado el que cubra la diferencia.

No se qué ha pesado más en el sindicalista a la hora de formular esta propuesta; si ha sido su anhelo para materializar su sueño de una economía dirigida por el Estado al más puro estilo comunista; o si por el contrario ha sido su falta de conocimientos económicos.

Ya se que el sueño de cualquier sindicalista profesional es que otros le paguen por el trabajo que el no realiza; pero extender ese ideal a toda la sociedad no creo que sea precisamente lo que necesita este país, aquí y ahora. Que nos paguen a todos por no trabajar podría ser un bonito eslogan para presentarse a unas elecciones o para aumentar el número de afiliados a un sindicato. Pero a todas luces es una insensatez.

En primer lugar, porque la idea de que el Estado nos tiene que pagar por no hacer nada (o por hacer lo justo) está lamentablemente cada vez más extendida; la cultura del mínimo esfuerzo impera en un país que toma como modelo a personajes que salen en los reality-show haciendo el canelo para luego vivir del cuento. ¡Ese si que sabe montárselo! , comentan muchos jóvenes que anhelan convertirse en alguien que vive sin pegar un palo al agua. Ya se que sueno carca cuando lo digo, pero hemos de recuperar la ilusión por trabajar, crear, innovar y la cultura del esfuerzo: encontrar gratificación en aquello que nos ha costado y valorar el resultado del esfuerzo. Decir que el estado nos pague por trabajar menos creo que va en la dirección contraria al ideal que hemos transmitir.

En segundo lugar, la propuesta de Toxo me parece insensata después de ver (como comentaba en mi post de ayer) como está la caja del Estado: hace aguas por todos los lados. Mientras Toxo pedía que el Estado pagara a la gente por no trabajar, el FMI avisaba de los problemas en los que se estaba metiendo España debido a su política fiscal: la caída de la recaudación y el aumento del gasto social pueden llegar a estrangular las finanzas del Estado (déficit y deuda); España puede entrar en una larga recesión si hipoteca su futuro.

Otra cosa es que el Gobierno redefina el concepto subsidio de desempleo y se destinen parte de los recursos destinados a una nueva fórmula: en lugar de pagar a los parados por no hacer nada, se paga a las empresas que articulen fórmulas que permitan “desdoblar” cuatro empleos en cinco, compensando a los trabajadores que cedan parte de su tiempo de trabajo para generar nuevos empleos.

Mantener el salario de una persona (de forma artificial) trabajando menos, ahonda en el gran problema actual de la economía española: la productividad de las empresas.
La productividad debiera formar parte de la negociación de los convenios. En un entorno en el que vemos los problemas de competitividad de las empresa españolas en comparación con las alemanas, francesas, etc., mientras recibimos mensajes de diferentes economistas internacionales que dicen que los salarios en España están desacompasados con respecto a la producción (un 25% aproximadamente), en un escenario en el que la solución pasa por reducir un 25% los salarios o incrementar un 25% el resultado (lo que producimos cada persona), resulta contraproducente continuar reivindicando aumentos salariales (por “convenio”) del 2%. Máxime cuando la deflación en España es un hecho (es decir, que reduciendo los sueldos de las personas o simplemente no aumentándolos, los trabajadores no perderíamos poder adquisitivo). Los convenios colectivos van a terminar de dar la puntilla a la maltrecha competitividad de las empresas de este país. Hasta una entidad dudosa de toda sospecha como es el Banco de España reconoce que el sistema de negociación colectiva es uno de los culpables de la destrucción de un millón de puestos de trabajo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Tamames en ESEUNE: la crisis continua

Ayer lunes 2 de noviembre celebramos nuestro encuentro anual en ESEUNE con el prestigioso economista D. Ramón Tamames. Como no todos los compañeros del Executive MBA pudistéis asistir, os resumo lo tratado.

Hace un año Tamames nos habló sobre la crisis y sus efectos; ayer intentamos vislumbrar entre todos una hipotética recuperación.

Doce meses atrás estuvimos al borde del colapso (tras la quiebra de Lehman Brothers el 17 de septiembre de 2008). Pero las medidas adoptadas evitaron la hecatombe: los Bancos Centrales han inyectado liquidez en el sistema, los gobiernos reaccionaron elevando las garantías de los depósitos (evitando que millones de ciudadanos hicieran cola en las entidades bancarias para retirar sus ahorros), se han creado fondos de adquisición de activos financieros dudosos para mejorar la salud de los bancos y se han materializado planes de amortiguación de la crisis (del tipo Plan E).

Hoy se habla de la recuperación de la economía estadounidense, que en el tercer trimestre de 2009 ha crecido un 3,5% (con respecto al tercer trimestres de 2008).

Pero es curioso comprobar cómo esa noticia ha ilusionado más en España que a los propios ciudadanos estadounidenses, muchos de los cuáles ponen en duda la recuperación. En primer lugar hay que tener en cuenta que ese crecimiento se genera comparativamente con un trimestre negro, como fue el tercero de 2008 en Estados Unidos. Además hay que tener en cuenta que buena parte de ese crecimiento se debe a las fuertes ayudas gubernamentales (como el superplan para salvar a la vieja industria del automóvil en Detroit); y todo ello acompañado de un dólar débil que favorece las exportaciones estadounidenses. De ahí que algunos economistas como Paul Samuelson (primer Nobel de Economía, en 1970) avisen sobre la posibilidad de una “W”.

España 2010

Pero, volvamos a España. La situación para 2010 se vislumbra como muy negativa: más que la situación de 2009. Es cierto que el PIB no seguirá sangrando (pero hemos de tener en cuenta que la caída en 2009 ha sido tan importante, que simplemente el hecho de no crecer ya es de por sí altamente preocupante). Las “sombras” de la economía española en el 2010 vendrán de la mano de su sistema bancario, que ya está siendo puesto en duda por cada vez un mayor número de analistas internacionales. Varios son los informes que dicen que los bancos españoles ocultan su tasa real de morosidad (el endeudamiento de los bancos españoles es de 800.000 millones de euros y un 25% del total –unos 200.000 millones- pueden corresponder a activos “dudosos”); por otro lado se comenta que el stock de viviendas sin vender es mucho mayor del que se reconoce oficialmente; y lo verdaderamente cierto es que no fluye el crédito hacia las empresas, autónomos y familias.

Los planes de amortiguación diseñados por el Gobierno (los 8.000 millones del Plan E; los 5.000 millones del Plan E bis; las ayudas a la compra de automóviles…) han generado un efecto (y miles de kilómetros de nuevas aceras) positivo (conteniendo la evolución del paro, manteniendo activas cientos de pequeñas empresas) pero son planes muy débiles, sin fuerza real para dar impulso a nuestra economía y que esta arranque aprovechando la inercia.

El paro es nuestro principal problema. Hace unos meses le preguntaban al Presidente Zapatero si no temía por revueltas sociales en España, con una tasa de desempleo que camina de forma decidida hacia el 20% de la población activa. Su respuesta al periodista fue que viniera a España y caminara por sus calles para que comprobara por si mismo que en España la gente vivía muy bien.

Tal vez eso sea así por dónde camina el Presidente. En ciudades como Madrid, donde se concentran un importante volumen de trabajadores públicos (funcionarios que en ningún momento ven amenazados sus ingresos, que no temen en absoluto perder su empleo) el nivel de consumo sigue siendo aceptable; fluye el dinero, respiran los comercios, funcionan los servicios. Pero en otras ciudades, pueblos y regiones el panorama es realmente desolador. La gente no se ha echado a la calle y la delincuencia no se ha disparado por dos motivos: tenemos un sistema social que permite a las personas seguir viviendo (subsidios de desempleo, sanidad gratuita, educación gratuita…); las familias pueden pagar su alimentación y los niños pueden seguir acudiendo al colegio.

Por otro lado, la economía sumergida sigue funcionando: de los 600.000 cheques ayuda de 400 euros que tenía preparados el gobierno solo se han recogido 30.000. Hay mucha gente que no está dispuesta a realizar un cursos de formación todos los días para recibir esa ayuda….porque sigue haciendo sus chapucitas cobrando en dinero B, echando una mano al cuñado en el taller, al hermano en el bar….

La economía sumergida actúa como amortiguador de la crisis; pero viene a agravar el segundo gran problema de España: la caída de los ingresos públicos pone en peligro nuestro estados de bienestar (la salud y la educación se van a deteriorar; las pensiones no están por el momento amenazadas…pero si son una amenaza: los compromisos que hay que atender en los próximos diez años, si la economía sigue estancada, van a chupar gran parte de los ya de por si débiles ingresos públicos.

En menos de un año hemos pasado de 11.000 millones de euros presupuestados para pagar los subsidios de desempleo a 35.000 millones (o lo que es lo mismo, como dice Tamames, media docena de AVE´s Madrid-Sevilla). Una tasa de paro tan elevada constriñe la capacidad de un país para desarrollar nuevas infraestructuras, modernizarse, invertir en I+D, potenciar sus Universidades, mejorar la sanidad…..

La crisis tiene muchas papeletas para empeorar; la capacidad del Gobierno para seguir actuando tiene un límite; aunque Bruselas nos autorice a seguir teniendo un déficit elevado o a seguir emitiendo deuda, los amortiguadores del Gobierno en forma de estímulos para la economía no tendrán la suficiente fuerza como para reanimar al paciente. Además, si seguimos disparando la deuda, no somos conscientes de una cosa: algún día habrá que pagarla. ¿Cómo?

A lo largo de la historia de España hemos visto desamortizaciones como la de Mendizabal o la más reciente privatización de las grandes empresas públicas que han permitido al Estados reducir su nivel de endeudamiento. Pero ahora, ¿qué nos queda? ¿Cómo vamos a devolver dentro de diez o veinte años nuestra deuda? A las administraciones públicas no les queda nada por vender para hacer caja…salvo, como decía Tamames, las Cajas de Ahorros. ¿Veremos la desamortización de la cajas? La complejidad política que acompaña a estas curiosas entidades (¿de quién son? ¿cuánto valen? ¿quién las controla?) sitúa en un horizonte muy lejano esta posibilidad.

Lo cierto es que mientras vemos como los ingresos públicos se reducen, asistimos a un crecimiento significativo de las partidas presupuestarias para pagar subsidios de desempleo y amortizar la deuda.

Ya es demasiado tarde para las reformas; pero mañana será más tarde aún

Pocos son, y cada vez menos, los que ponen en duda la urgente necesidad de realizar importantes reformas.

La primera la reforma laboral: la única forma posible de recuperar a buen ritmo parte de los empleos perdidos ( y aliviar el presupuesto del Estado permitiendo seguir potenciando la investigación, el desarrollo, la educación, la innovación…). Trabajo estable, indefinido, temporal, precario….Lo que sea pero trabajo. No es el momento para debates sobre la calidad, sino de hablar sobre cantidad. Hacen falta varios millones de nuevos puestos de trabajo.

La segunda reforma va en paralelo: la reforma de la productividad. Cambiar el modelo productivo es necesario (sustituir el ladrillo y la paella por la biotecnología y las renovables). Pero ese cambio supone casi una generación. Mientras cambiamos el modelo productivo podemos comenzar por cambiar el modo de producir: las empresas españolas son un pozo de ineficiencia; no somos competitivos y nos lastra la productividad. Hemos de mejorar la capacitación del tornero y también la del CEO. Y resulta absolutamente necesaria la redefinición del papel de los sindicatos y la negociación de los convenios (orientándose hacia la productividad, la competitividad, etc.). En definitiva, un nuevo modelo productivo es necesario, pero una nueva forma de producir es urgente (un nuevo modelo de empresa “e-volucionada”)

La tercera reflexión que el país ha de abordar es la del papel de la función pública. En los últimos años la población española ha crecido un 20% y el número de funcionarios un 100%. En algunas Comunidades Autónomas (como Andalucía o Extremadura) el 30% de la población trabajadora es funcionaria. ¿Necesita España ese elevado porcentaje? Y sobre todo, ¿nos podemos permitir ese lujo? La mejora de la eficiencia de la administración es tan importante como la mejora de la productividad de las empresas.

Y por último, hemos de reflexionar sobre la fragmentación del mercado. Somos poco más de 40 millones de consumidores...distribuidos en 17 micro-mercados. Wall-Mart ha dicho que no viene a España porque no es un mercado, sino 17. Un colega estadounidense alucinaba hace unos meses cuando le contaba los problemas para gestionar un residuo tan simple como el aceite industrial: si estás en Pamplona y tus furgonetas responsables del transporte del residuo están ocupadas, mientras las de Vitoria están ociosas…no puedes dar un telefonazo para que vengan a darte apoyo: no sirven las licencias, el personal no está autorizado, probablemente desconozca los procesos a seguir…. En fin, muchas de las cosas que comentaba en mi post del mes de marzo.

La comisión Europea tampoco lo ve claro

Hoy mismo hemos conocido las previsiones de la CE para España: la economía española se contraerá un 3,7% este año 2009 y seguirá cayendo en 2010 otro 0,8%. A partir de ahí, en 2011, una insignificante recuperación de un 1% (insignificante tras dos años de caída). Según Bruselas en 2011 superaremos el 20% de paro: 1 de cada 5 personas en edad de trabajar no podrán hacerlo. La recesión nos acompañará varios trimestres más y únicamente economías avanzadas como la letona, la lituana y la búlgara tardarán tanto como España en abandonar la crisis.

El déficit público se disparará hasta el 11,2% del PIB este año y se mantendrá en torno al 10% en 2010 debido a la caída de los ingresos fiscales, al aumento de las prestaciones por desempleo y a las medidas anticrisis, mientras que la deuda aumentará del 39,7% en 2008 hasta el 74% en 2011. Ese expectacular incremento pone en riesgo la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas.

Bruselas también advierte del riesgo de algunas de las medidas fiscales que se han tomado. La eliminación de devoluciones fiscales (en referencia a los 400 euros) y los incrementos del IVA pueden tener también un impacto negativo en el consumo privado.

Y una vez más llegan del exterior dudas sobre nuestro sistema financiero: Bruselas avisa de un inminente incremento en los impagos de hipotecas que podría poner en riesgo la corrección de las balanzas de los bancos muy expuestos al sector de la construcción, lo que podría tener un impacto negativo en la economía real.

La Comisión subraya que España ha seguido perdiendo competitividad durante la crisis porque los salarios han crecido por encima de la productividad debido a las cláusulas de revisión. Los inadecuados convenios a los cuáles nos hemos referido antes pueden conducir, según la CE, como en el pasado, a un importante aumento del paro de larga duración y reducir el potencial de crecimiento potencial de la economía española.

En resumen, preparémonos para una año muy, muy difícil.