En 2004 se desarrolló un régimen fiscal especial con el objetivo de atraer talento. Los profesionales extranjeros que vinieran a España a producir con su cerebro tributarían al tipo fijo del 24% por las rentas que generasen en nuestro país. Pero en lugar de rodearnos de cerebros que generan ideas nos hemos rodeado de cabezas que rematan corners.
La medida que inicialmente fue concebida para atraer científicos fue aprovechada por los clubs de fútbol para aplicar esas ventajas fiscales a las estrellas extranjeras que llegaban a nuestra liga. Uno de los primeros en beneficiarse fue David Beckham, que dicho sea de paso puso (sin llevarse royalties por ello) su apellido a la Ley. Un español que cobra más de 60.000 euros anuales paga a hacienda un 43% de sus ingresos mientras un galáctico del Real Madrid tributa únicamente el 24%. Solidaridad, equidad y justicia.
El PSOE ha pactado con BNG, ICV e IU la revisión de la Ley para que los trabajadores desplazados a España con rentas superiores a 600.000 euros anuales tributen el IRPF general, del 43%, y no al del 24%, como sucedía hasta ahora.
Se ha montado un buen revuelo con la noticia; pero no porque la reforma impida la llegada de nuevos científicos que contribuyan a generar un nuevo modelo productivo, desarrollando patentes biotecnológicas o interfaces para videojuegos, sino porque los clubs de fútbol se quejan ya que pueden perder a sus estrellas.
En su día se generó una gran polémico sobre si era ético o no que, en plena crisis económica, con cientos de miles de españoles perdiendo su empleo, el Real Madrid se gastara cientos de millones de euros fichando estrellas (para estrellarse en Alcorcón). En aquel entonces se dijo que una entidad privada puede hacer lo que quiera con su dinero. Lo comparto. Pero no pueden hacer lo mismo con el dinero de todos: el 19% de diferencia entre el tipo especial del cual se estaban aprovechando y el que pagan el resto de profesionales, es dinero que quitan de autopistas, hospitales, guarderías e I+D. Un galáctico extranjero que ha estado recibiendo los últimos cinco años 10 millones de euros anuales estaba dejando de ingresar a hacienda 1.9 millones de euros (es decir, 9,5 millones en 5 años).
El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (la asociación de clubs) amenazada veladamente con ir a la huelga, sabedor que un domingo sin fútbol puede generar un revuelo social superior al de una convocatoria de huelga general por parte de los sindicatos. Dice que al fútbol español “una modificación del régimen especial de impatriados le supondrá una factura de más de cien millones de euros, por lo que en el caso de ser adoptada habrá que tomar el camino de enfrentarse a esta decisión, llegando incluso a tener que parar la competición".
En primer lugar hay que aclarar lo que quiere decir “fútbol español”. La medida únicamente va a afectar a las arcas de los grandes clubes (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Athletico…), que son quiénes tienen extranjeros que perciben suelos de varios millones de euros.
En segundo lugar, pretende que esa factura de 100 millones de euros (un Cristiano Ronaldo, para entendernos) no la paguen los grandes clubes, sino que la paguemos entre todos los contribuyentes. Una medida justa y solidaria en tiempos de crisis, paro y déficit de las cuentas públicas.
En tercer lugar, ningún club debiera de pagar un solo euro con el cambio legislativo, si negociara los contratos con sus estrellas como hacen la inmensa mayoría de los trabajadores. Ese invento de sueldos “libres de impuestos” genera además un efecto negativo en términos de imagen, para el resto de trabajadores que ven cómo se les retienen cantidades en la nómina, pagan a la hora de hacer su declaración, etc. Pero claro, con tal de sacarse la foto con la estrella y ganar el favor de sus aficiones, con el dinero ajeno (el de los socios en el caso del Madrid y Barca) se firma a las estrellas lo que sea y como sea.
En cuarto lugar, la reforma no afectará a los últimos galácticos que han llegado a nuestro club, como el del portugués Cristiano Ronaldo o el sueco Zlatan Ibrahimovic, porque la nueva norma no se aplicará de forma retroactiva y sólo afectará a los contratos que se firmen a partir del próximo 1 de enero de 2010.
En quinto lugar, Astiazarán dice que "si se elimina esta fiscalidad la liga acabaría siendo menos interesante, habría menos consumo de televisión de pago y así, en cadena, menos interés de los patrocinadores, menos afluencia a los estadios y el Estado ingresaría menos fiscalmente". Una afirmación cargada de cinismo. Eliminar una fiscalidad preferencial para estos profesionales, no implica en absoluto que las estrellas extranjeras dejen de venir a nuestra Liga (y que, suponiendo que sean ellas las que llenan los estadios españoles y no Casillas, Villa, Iniesta, Xabi…, se vendan menos entradas, menos partidos de pago por visión, etc.), sino simplemente que los grandes clubes de fútbol deberán un poco más a esas estrellas extranjeras. A ver si ahora el Madrid no es capaz de pagar un par de millones de euros más al año a CR9 cuando se ha gastado en su fichaje más de 100).
En sexto lugar, da la casualidad de que España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un informe realizado por Ernst&Young Abogados, que compara la fiscalidad que soportan los clubes de fútbol por los jugadores de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y España. Solo en Holanda los futbolistas tributan menos. Si fuera cierto el vínculo fiscalidad – atracción de estrellas, los últimos balones de oro estarían pegando patadas en la tierra de los tulipanes y no habría grandes jugadores en la Premiere inglesa.
Necesitamos más cerebro y menos cabezas
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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