La pasada semana se reunía en Pamplona el foro internacional sobre el talento Ágora Talentia, en el que los ponentes llegaron a la conclusión de que el talento y las habilidades profesionales son los que marcan la diferencia entre el éxito o el fin de una empresa. Todas las ponencias giraron en torno a la escasez de talento y la necesidad de potenciarlo para que las empresas puedan avanzar.
La marca común entre los ponentes se encontraba en una visión optimista de la crisis, ante la que destacaron la necesidad de potenciar el talento para afrontarla. "La creatividad es la sangre que bombea el corazón del desarrollo humano. El éxito depende de la imaginación y el talento", afirmó Sir Ken Robinson, gurú de la creatividad, innovación y recursos humanos. La misma visión compartía Maruja Gutiérrez, asesora del Año Europeo de la Creatividad y la Innovación, para quien la única vía para salir de la situación actual se sitúa en la creatividad y la innovación.
La crisis del talento
Robinson, afirmaba que no sólo estamos viviendo una crisis económica, sino también una "crisis de recursos humanos", para la cual considera primordial que las organizaciones "piensen diferente para aprovechar todos los recursos". Por su parte, Enrique de Mulder, consejero delegado de Sociedades Viálogos, continuaba con esta idea, afirmando que "estamos viviendo la crisis del talento, y lo necesitamos para crecer y renovar", aunque su perspectiva era un tanto más pesimista: "La crisis nos indica que el modelo de sociedad en que vivimos ya no es sostenible. Hemos confundido el talento con la mera productividad".
Ante esa situación, el discurso de José Manuel Ayesa, presidente de la Fundación Navarra para la Diversificación, se presentaba como una tabla de salvación: "Ésta es una gran oportunidad para los líderes empresariales, que deben hacerse dueños de la tarea de gestionar ese valor único y escaso como es el talento".
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1 comentario:
Con relacion a las posturas optimistas de ciertos Gurus, aqui os dejo una PERLA para ponerte los güevos de corbata.
Nosotros por nuestra parte hemos preparado ya un escenario en la empresa para soportar el temporal hasta el 2012, siendo lo peor el segundo semestre de 2010.
Aula de Vocento
«La crisis no tocará fondo hasta dentro de dos o tres años», dice Poal Marcet
El experto, asesor de la academia ESADE Business School, hablará hoy en el Aula de Vocento
GERARDO ELORRIAGA| BILBAO
José Poal Marcet no confía en las previsiones que sitúan la recuperación económica a lo largo del próximo año. «Lo dicen las autoridades pero carece de todo fundamento, tan sólo pretende dar esperanza a la atemorizada población», asegura este experto en el mercado de capitales. «Según mis análisis de ciclos bursátiles, tocaremos fondo entre 2011 y 2012, lo que no quiere decir que después vaya todo como miel sobre hojuelas. Mejoraremos en función de lo que hagamos y, por ahora, todo lo puesto en práctica es penoso».
Profesor de la reconocida institución académica ESADE Business School, Poal Marcet hablará hoy sobre la recesión y las maneras de afrontarla en un nuevo encuentro del Aula de Vocento.
A juicio del especialista, nos encontramos ante la explosión de la burbuja más importante de la historia, provocada por el enorme endeudamiento de particulares e instituciones públicas, un fenómeno que ha impulsado la subida de precios, sobre todo de los inmuebles, generando un espejismo de riqueza. «La cuestión de las hipotecas 'subprime' es tan sólo un efecto inmediato», argumenta; y asegura que su dimensión es tan grande porque ha afectado a todos los países «hasta extremos difíciles de imaginar».
El caso de España, según su criterio, es de lo más difíciles. «Ni el Gobierno ni la oposición han estado a la altura de las circunstancias».
A su entender, el diseño de un plan estratético anticrisis se presenta en nuestro país como una «necesidad imperiosa». «Tenemos que decidir de qué vamos a vivir, cómo competir. No podemos quedarnos de manos cruzadas mientras vemos cómo se desmantela la industria. Se ha bla de tapar agujeros, pero no de futuro. Ya que somos pobres, al menos, deberíamos ser inteligentes».
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