viernes, 11 de diciembre de 2009

Como comprender el Premio Nobel de la Paz a través del análisis de la compleja naturaleza del ser humano

Llevo 41 años como corresponsal de prensa en este Planeta y los primitivos (pero complejos) seres que habitan este Planeta (los humanos) no dejan de sorprenderme. Tal vez por eso me apasionan tanto y veo justificada mi permanencia en este remoto lugar del Universo, a cinco millones de años luz (utilizando el primario sistema de medición terrícola precuántico) de mi querido planeta.

Hace algo más de 100 años un empresario llamado Alfred Nobel manifestó en su testamento su voluntad de reconocer la labor de las personas y organizaciones que contribuyeran de forma notable a la evolución de la sociedad. Esos galardones (denominados Premios Nobel) van acompañados de una significativa recompensa económica (algo que como he escrito en otras crónicas desde este Planeta estimula en gran medida a los humanos) pero sobre todo gozan del máximo prestigio y reconocimiento a nivel mundial (no tan importante en su escala de valores como el dinero, pero relevante)

Entre ellos se entrega el llamado Premio Nobel de la Paz. A lo largo de cien años este galardón ha reconocido el trabajo en pos de la Paz de personas y organizaciones cuyo mensaje ha dejado huella no solo en la Tierra, sino en otros planetas de la Vía Láctea y galaxias vecinas, como el nuestro: Martin Luther King, la Cruz Roja, la Madre Teresa de Calcuta, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Nelson Mandela, UNICEF…

Probablemente llamará la atención a los habitantes de nuestro Planeta la designación del Comandante en Jefe de un Ejército que en estos momentos combate en dos guerras como Premio Nobel de la Paz. Forma parte de la paradójica complejidad de estos interesantes seres primitivos que habitan este pequeño planeta azul situado en un pequeño sistema formado por un pequeño número de planetas entorno a una diminuta estrella a la que llaman Sol.

El Comandante en Jefe del Ejército de los Estados Unidos de América voló (en una primitiva aeronave propulsada por combustibles fósiles denominada Air “Force” One) desde su ciudad (Washington) al lugar donde se celebra todos los años la ceremonia de entrega de los Premios Nobel (Oslo) unos días después de ordenar a 30.000 de sus soldados que se prepararan para reforzar las tropas de uno de sus campos de batalla: un remoto y complejo territorio llamado Afganistán.

Llamará la atención a los lectores de nuestro Planeta (a pesar de llevar tanto tiempo entre los humanos a mí también me siguen sorprendiendo sus reacciones) que el Premio Nobel de la Paz citara en 30 ocasiones la palabra “guerra” por tan solo 10 la palabra “paz”. En su discurso el Comandante comentó que "los instrumentos de la guerra tienen un papel que jugar para mantener la paz".

A lo largo de su alocución lanzó mensajes de paz a dos países del mismo Planeta con los que mantiene algunas diferencias: Corea del Norte e Irán. Expresamente, refiriéndose a ambos territorios, el Comandante en Jefe dijo que “los regímenes que violen las normas deben rendir cuentas" (deduzco se trata de un mensaje de Paz aunque he de confesar que esta situación me genera confusión al no alcanzar a comprender la dicotómica complejidad del ser humano y su metafórica forma de expresión)

En su discurso no hizo mención al sorprendente (desde nuestro “extravialácteo” punto de vista) modo de sancionar a los similares que infringen las normas de convivencia (recordamos que los humanos no utilizan metodologías basadas en imposibilitar la comisión de delitos mediante prevención a través de la identificación de potenciales motivos que puedan derivar en conductas impropias, sino que optan por el primitivo medio –extinguido en nuestra sociedad hace cien mil años- del “castigo”). En su país se utiliza la denominada por los humanos “pena de muerte” (no quiero herir la sensibilidad de nuestros lectores, pero he de recordar que en este Planeta las leyes permiten que sus habitantes se maten los unos a los otros con el beneplácito de la justicia y la complacencia de una parte de la sociedad), pero tal vez este aspecto era desconocido por los miembros del jurado que concede esta noble distinción.

Por último, una “anécdota” (como gustan de decir los terrícolas): Alfred Nobel, padre de los referidos galardones, amasó su fortuna inventando y fabricando la dinamita (una sustancia detonante muy elemental compuesta por nitroglicerina y dióxido de silicio) que se emplea, entre otras cosas, en los explosivos utilizados por los humanos en sus fratricidas contiendas bélicas.

¡Ahora comprendo el Nobel de la Paz de Obama!

domingo, 15 de noviembre de 2009

Sueños compartidos


He leído con detenimiento lo que habéis escrito y tengo que deciros que me gusta.
Nosotros creemos que los proyectos empresariales se construyen alrededor de sueños, de utopías y eso ¿por qué?
Porque creemos que los humanos nos tenemos que marcar fronteras, fronteras que con frecuencia deben de ser muy lejanas sabiendo que la nueva frontera va a actuar como atractor de nuestras ilusiones, va a ser un potentísimo magneto que nos va a atraer.
Durante mi vida profesional hemos soñado varias veces, la primera que recuerdo fue allá por 1984 cuando nos formulamos la pregunta ¿y por qué no somos nosotros los líderes del mercado global en nuestro producto? y a continuación de ella ¿qué nos lo impide?, ¿no será que nosotros tenemos en nuestras mentes la barrera, la frontera que nos limita nuestra capacidad?
Cuando nos contestamos adquirimos conciencia de que era posible y ello nos llevó a cambiar radicalmente nuestra aproximación al trabajo, a desprendernos de muchos prejuicios, a cruzar la frontera. En 1990 nuestro sueño compartido se cumplió y 20 años después continúa siendo una realidad.
Era 2007 y volvimos a soñar, en esta ocasión con la ayuda de nuestro emotalento, y ¿qué nos preguntábamos esta vez?, pues nada más y nada menos que si somos los referentes en nuestra industria ¿por qué no pensamos en ser la mejor o unas de las mejores empresas del mundo?, lo cierto es que alguna debe de ser la mejor y ¿qué restricción hay para que esa alguna no sea Vicinay?, otra vez la respuesta es la misma la restricción está en las barreras que nosotros mismos nos ponemos. Estos días estamos viviendo y recodando como piedra a piedra en 1989 se demolió el muro de Berlín; nosotros estamos haciendo algo parecido, retirando piedras cada día que nos impiden ser los mejores. Lo que no sabemos hoy es cuán grande es la cantera que tenemos que limpiar pero con constancia lo haremos. A este proyecto le llamamos PEGASUS
Hemos reflexionado sobre lo anterior y hemos aprendido que este tipo de ejercicios pueden ser esenciales para que nuestro país pueda conservar una estructura empresarial competitiva y por lo tanto sostenible que a su vez haga de tractor para otras industrias.
¿Por qué no lo intentas tú?, a nosotros nos ayudarías.
Luís Cañada

viernes, 6 de noviembre de 2009

Emocionados por Vicinay


Esta mañana, las personas del Executive MBA de ESEUNE hemos tenido la oportunidad, gracias al ofrecimiento de uno de los compañeros, Jesús Navas, de conocer de cerca uno de los casos de innovación y personas más bonitos de nuestra zona: Vicinay Cadenas.

Su director general, Luis Cañada, nos ha hablado del desafío de aportar “alto valor añadido” a los “productos maduros”; y las claves para conseguirlo.

La aportación de valor requiere de importante esfuerzo cognoscitivo y en los días de globalización en los que nos movemos esta aportación sugiere la necesidad de aunar esfuerzos multidisciplinares sostenidos. Aportar novedades supone un alto consumo de energía, entiéndase de tiempo, esfuerzo, organización, cariño, por parte de las personas y del contexto de una Organización.

El Valor Añadido asociado al concepto de aportación novedosa sugiere, como contrapunto, que todo aquello que se convierte en habitual deja, por el hecho de ser habitual, de tener alto valor añadido. Tendrá, y mucho valor en algunos casos, pero no valor añadido, ya que desde el punto de vista del conocimiento, no se está aportando nada nuevo, simplemente se está aportando lo que se ha incorporado anteriormente.

Un caso particular de este escenario es el de la cadena de eslabón en general y el de la cadena naval en particular, producto que se puede considerar como uno de los más antiguos de entre lo metálicos ya que su origen se encuentra en los albores de la época de los metales, hace ahora más de 8000 años y que surgió en las montañas del Cáucaso, ya que en aquella época cuando un artesano del mundo agrícola decidió unir dos piezas de metal articuladas para conseguir una pieza más grande estaba realizando uno de los grandes inventos de la humanidad, estaba creando las bases conceptuales de la cadena de eslabón y sin saberlo estaba propiciando muchas cosas, entre otras, esta reflexión. Esto es, en el caso de la cadena, estamos hablado de un producto que tiene 8000 años en su acepción genérica y más de 200 años en la particular de uso naval.

A lo largo de los años (desde 1970 Luis trabaja en la empresa) ha podido percibir que la mayoría de las personas que se interesan por este producto tiene bajísimo conocimiento del mismo a la vez que multitud de prejuicios sobre la capacidad de incorporar valor y/o novedades, esto es, que la reflexión anterior se ajusta perfectamente a la experiencia profesional.

La empresa decidió enfrentarse a esta realidad, estableciendo un plan para dignificar su producto (la cadena) para que la sociedad le reconozca valor y los clientes puedan estar dispuestos a pagar más de lo que en un principio estarían si se tratara de un producto habitual. En otras palabras, es la lucha por incorporar valor añadido a un producto maduro, por conseguir el beneficio del mercado para que estas actividades queden en esta parte del mundo, y así poder dar satisfacción a las personas que comparten este proyecto empresarial.

¿Cómo han conseguido dar valor a un producto con 8000 años de antiguesdad? Según Luis Cañada las claves son:

Conocer el producto a fondo. Todo producto, por maduro que sea es una fuente de sabiduría. De este conocimiento profundo del producto se obtienen las bases sobre el cómo y el por qué y de ellas las identificación de las competencias esenciales propias y las que se puedan compartir con terceros sin tener riesgo de perder el control sobre el producto (preparación del trabajo que todo lo se deba de ejecutar, sea realizado “bien y a la primera”, para lo cual en cada caso hay que analizar una complicada casuística; siguiendo por la química ajustada y precisa del acero -punto de partida extremadamente importante; siguiendo por la conservación de la materia prima; la preparación para ser procesado; el precalentamiento preciso para ser conformada; la formación del eslabón y su incorporación como cadena; la soldadura FBW, proceso regulado por la teoría del caos, operación ésta de delicada belleza estética, además de profundo atractor tecnológico por la extrema dificultad de comprensión y por la escasez de conocimiento explícito a nivel mundial. Este hecho ya es un reto tecnológico para quienes como nosotros nos hemos propuesto aportar algo al saber humano; la limpieza de todos los excesos de la soldadura para que este sea prácticamente invisible al ojo humano; la calibración, por medios mecánicos, de los parámetros geométricos mas relevantes e importantes de la cadena; la manipulación y logística de grandes masas individuales y combinadas (nuestro eslabón individual mayor llega a pesar 700 kilos y la cadena de mayor peso ha alcanzado 450 toneladas); la verificación de la no existencia de defectos internos ni superficiales en el 100% de los eslabones y en el 100% de la sección, para lo que es necesario diseñar complejos equipos de inspección; etc.


Todo ello nos lo ha sintetizado en una palabra: emotalento; emoción y talento. Las personas de Vicinay, comenzando por el propio Luis, transmite emoción entorno a un producto tan antiguo y para muchos simple como puede ser una cadena.

La clave del éxito de la empresa reside precisamente en las personas, en su capacidad para emocionar emocionándose y en la generación de valor a través de su talento; en lo que llamamos innovación.

• Creando un espacio de integración de intereses donde las personas puedan compartir el proyecto. A este espacio se le dedican los recursos principales de la empresa.

• Conociendo las limitaciones de conocimiento del grupo para acudir a las fuentes del saber, fuentes que en nuestro caso hemos identificado en la Universidad y en los Centros Tecnológicos.

• Propiciando una Red de Conocimiento que se apoya en empresas del entorno cuyas competencias esenciales son complementarias y no conflictivas con las propias.

• Investigando internamente para dotarse de medios propios para gestionar la gran complejidad de las sin número de variables que afectan a la competencia esencial, en nuestro caso la soldadura FBW, para la qué en colaboración con los Centros Tecnológicos se ha diseñado (Labein, UPV…)

• Creando las bases para la total fiabilidad de la que se hace una extensiva trazabilidad sobre el 100% de lo que se pone en el mercado.

Estos medios y otros disponibles tienen la virtud de estar el alcance de cualquier persona de la organización y han permitido plantear a la industria el concepto de código genético de la cadena.

Con estas cosas, y algunas más, se llega a comprender que este producto maduro y habitual es un producto de una riquísima capacidad de ser conocido y por tanto de ser portador de Alto Valor Añadido y que cuanto las personas más vamos conociendo de él nos damos cuenta de que más nos queda por saber.

jueves, 5 de noviembre de 2009

El problema del drogadicto que no reconocer su adicción

Comentábamos en la sesión dedicada a la crisis con el Profesor Tamames que la aplicación masiva y coordinada de políticas públicas para amortiguar los efectos de la crisis en 2008 y 2009 ha contribuido a evitar el colapso del sistema. Encabezados por los Estados Unidos de América los principales gobiernos del mundo han desarrollado una política de estímulos sin precedente en la historia.

El paciente estuvo a punto de morir por sobredosis; se ha evitado su fallecimiento pero no se ha resuelto el problema: su dependencia de la droga.

La droga que ha estado a punto de acabar con la vida del paciente es el dinero. La era del dinero fácil iniciada a principios de los 2000 con las políticas de Alan Greenspan tras la crisis de las puntocom y el enfriamiento de la economía estadounidense tras los atentados del 11S, generó una adicción al dinero que llevó al endeudamiento generalizado a cientos de millones de empresas y particulares en medio mundo. Dinero fácil y abundante para todos.

Los efectos de la droga se han querido solucionar con droga. Los bancos centrales han inyectado altas dosis de dinero para evitar el colapso. Los gobiernos no han querido que el drogadicto sufriera síndrome de abstinencia; en lugar de los mareos, vómitos y dolores del “mono” se ha optado por inyectarle por vía intravenosa más dinero, esperando que, tras haber visto “las orejas al lobo” el paciente reconociera sus excesos y abandonara su dependencia.

Pero tarde o temprano nos tendremos que enfrentar al problema; el primer paso para solucionar una adicción es reconocer la misma. Sin duda, haber retirado la droga del mercado (el dinero), dado el excesivo endeudamiento y las negligentes inversiones realizadas por muchos en la era del dinero fácil, hubiera generado un proceso deflacionario de mayor envergadura si cabe que el que hemos padecido (caída de los precios de todos los activos) mediante un desapalancamiento generalizado por miedo a que los precios de esos activos continuaran cayendo.

El dinero público ha evitado ese desapalancamiento masivo y la caída de los precios. Pero, ¿ha solucionado el problema real? Los activos tóxicos no se regeneran fácilmente; las malas inversiones de ayer lo seguirán siendo mañana. Tarde o temprano el proceso deflacionario se dará, porque los excesos cometidos no tienen solución. Otra dosis de dinero ha calmado al paciente, pero no ha eliminado su problema. Tarde o temprano deberá reconocer que ha cometido excesos y ser consciente de que ha de pagar por ello.

Ayer mismo, el profesor de New York University, Nouriel Roubini (uno de los primeros economistas que advirtió de la que nos venía encima por culpa de las hipotecas subprime) ha recordado que seguimos viviendo en “una burbuja en todo tipo de activos”. El exceso de capacidad industrial al que el dinero fácil nos ha conducido amenaza con generar un fuerzas deflacionarias importantes. El precio de muchos activos se ha mantenido gracias a las políticas públicas, pero el problema de fondo sigue estando ahí: los activos tóxicos siguen siendo tóxicos (el mercado inmobiliario sigue sin estar ajustado, ahora se habla de una nueva oleada subprime con la caída de los precios de los activos inmobiliarios no residenciales –oficinas, pabellones industriales…), sobran fábricas de automóviles, de electrodomésticos… El riesgo de deflación está muy presente.

Los problemas de la FED

Otros prestigiosos economistas, como Philipp Bagus y Markus Schiml, hablan de los complejos dilemas a los que se enfrenta la Reserva Federal: una política monetaria tan agresiva, mantiene vivo al paciente, pero puede acabar con la vida del doctor. Incluso la propia FED podría llegar a ser insolvente.

La “calidad” del balance general del banco central estadounidense se ha deteriorado notablemente con las políticas llevadas a cabo para evitar el colapso (el rescate del sistema bancario). Y también ha aumentado la “cantidad” de del balance de la FED, con la compra masiva de activos tóxicos de los bancos (las famosas mortgage-backed securities, o títulos respaldados por hipotecas).

Estas políticas han funcionado a corto plazo; pero para que realmente sean efectivas, esos activos se han de “desintoxicar”, porque de lo contrario lo único que habremos conseguido es desplazar los riesgos del sistema bancario privado al gran banco público central. Si no se soluciona el problema de fondo (el valor de los activos tóxicos) simplemente habremos postpuesto el problema, evitando el colapso hoy, pero irremediándolo para mañana. Con el agravante de que ahora los “bancos malos” (bad bank) son los públicos.

Pero volvamos a la “droga” (al dinero que se inyecta). Los bancos centrales (el Banco Central Europeo entre ellos) ya nos avisado para que vayámonos pensando en un escenario en el que se vayan retirando poco a poco las medidas de estímulo excepcionales. Es lógico, porque el dinero no es un recurso ilimitado. Son muchos los que siguen pensando que las ayudas públicas no tienen fin: que el Plan E se renovará continuamente, que habrá planes renove para múltiples sectores, que se seguirán dando ayudas para la adquisición de vehículos, que el Estado salvará a los bancos que tengan problemas….

Yo recomiendo a todos que vayamos pensando en el siguiente escenario. Un escenario en el que los estímulos vayan desapareciendo.

¿Qué puede hacer la FED?

Por un lado, podría, como dice Bagus, “restaurar la fortaleza del balance del banco central”. Para ello es necesario reducir el tamaño y mejorar la calidad de su balance. Pero, ¿cómo hacerlo sin que la reversión de esas políticas vuelva a dejar expuesto al caos al sistema financiero? Como decíamos antes, el problema de fondo aún no se ha solucionado; simplemente se ha pospuesto.
Las medidas de los Bancos Centrales no han solucionado el problema: simplemente han retrasado lo inevitable.

Bagus defiende actuar a la bravas para llegar al fondo delo asunto: volver a la situación de antes de la crisis; es decir, devolver a los bancos privados los activos tóxicos y que quiebren las entidades financieras que tengan que quebrar”.

Es muy difícil para un drogadicto y su entorno reconocer la realidad, su problema. Cuando así sucede el sufrimiento es intenso. Tal vez sea necesario que el sistema sufra para poder solucionar definitivamente el problema. Bagus por lo tanto propone solucionar la crisis con medidas liberales y propone medidas como la recapitalización en el mercado, la nacionalización o la reestructuración de la propiedad de los bancos mediante la conversión directa de los acreedores en accionistas.

Brotes verdes

Una cosa es clara: no hemos aprendido ninguna lección. Solo hay que mirar a la Bolsa para darnos cuenta de lo que ha crecido desde marzo. Eso si, muchos parecen ignorar que ese crecimiento se ha debido en parte al chorro de liquidez mundial inyectado por las políticas de los Bancos Centrales y las políticas de estímulo.

No recuerdo quien dijo cuando se comenzó a hablar de brotes verdes que el único brote verde que veía el gobierno era el de la marihuana que se había fumados para afirmar que la economía salía de la crisis.

Tal vez tenía razón. Han aflorado brotes verdes de marihuana que han generado un efecto en quiénes se la han fumado. Hay mucho “colocado” viviendo en una fiesta (los inversores en bolsa, los concesionarios de coche celebrando las ventas de octubre, los presidentes de los grandes bancos españoles anunciando resultados, los ministros de economía presentando perspectivas para 2010…). Pero la fiesta puede terminar pronto. Que disfruten de la juerga unos meses más. Cuando desaparezcan los efectos de los brotes verdes de marihuana (los efectos de las políticas monetarias y los programas de estímulo) volveremos a la realidad.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Atraer cerebros no es lo mismo que atraer cabezas

En 2004 se desarrolló un régimen fiscal especial con el objetivo de atraer talento. Los profesionales extranjeros que vinieran a España a producir con su cerebro tributarían al tipo fijo del 24% por las rentas que generasen en nuestro país. Pero en lugar de rodearnos de cerebros que generan ideas nos hemos rodeado de cabezas que rematan corners.

La medida que inicialmente fue concebida para atraer científicos fue aprovechada por los clubs de fútbol para aplicar esas ventajas fiscales a las estrellas extranjeras que llegaban a nuestra liga. Uno de los primeros en beneficiarse fue David Beckham, que dicho sea de paso puso (sin llevarse royalties por ello) su apellido a la Ley. Un español que cobra más de 60.000 euros anuales paga a hacienda un 43% de sus ingresos mientras un galáctico del Real Madrid tributa únicamente el 24%. Solidaridad, equidad y justicia.

El PSOE ha pactado con BNG, ICV e IU la revisión de la Ley para que los trabajadores desplazados a España con rentas superiores a 600.000 euros anuales tributen el IRPF general, del 43%, y no al del 24%, como sucedía hasta ahora.
Se ha montado un buen revuelo con la noticia; pero no porque la reforma impida la llegada de nuevos científicos que contribuyan a generar un nuevo modelo productivo, desarrollando patentes biotecnológicas o interfaces para videojuegos, sino porque los clubs de fútbol se quejan ya que pueden perder a sus estrellas.

En su día se generó una gran polémico sobre si era ético o no que, en plena crisis económica, con cientos de miles de españoles perdiendo su empleo, el Real Madrid se gastara cientos de millones de euros fichando estrellas (para estrellarse en Alcorcón). En aquel entonces se dijo que una entidad privada puede hacer lo que quiera con su dinero. Lo comparto. Pero no pueden hacer lo mismo con el dinero de todos: el 19% de diferencia entre el tipo especial del cual se estaban aprovechando y el que pagan el resto de profesionales, es dinero que quitan de autopistas, hospitales, guarderías e I+D. Un galáctico extranjero que ha estado recibiendo los últimos cinco años 10 millones de euros anuales estaba dejando de ingresar a hacienda 1.9 millones de euros (es decir, 9,5 millones en 5 años).

El Presidente de la Liga de Fútbol Profesional (la asociación de clubs) amenazada veladamente con ir a la huelga, sabedor que un domingo sin fútbol puede generar un revuelo social superior al de una convocatoria de huelga general por parte de los sindicatos. Dice que al fútbol español “una modificación del régimen especial de impatriados le supondrá una factura de más de cien millones de euros, por lo que en el caso de ser adoptada habrá que tomar el camino de enfrentarse a esta decisión, llegando incluso a tener que parar la competición".

En primer lugar hay que aclarar lo que quiere decir “fútbol español”. La medida únicamente va a afectar a las arcas de los grandes clubes (Real Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Athletico…), que son quiénes tienen extranjeros que perciben suelos de varios millones de euros.

En segundo lugar, pretende que esa factura de 100 millones de euros (un Cristiano Ronaldo, para entendernos) no la paguen los grandes clubes, sino que la paguemos entre todos los contribuyentes. Una medida justa y solidaria en tiempos de crisis, paro y déficit de las cuentas públicas.

En tercer lugar, ningún club debiera de pagar un solo euro con el cambio legislativo, si negociara los contratos con sus estrellas como hacen la inmensa mayoría de los trabajadores. Ese invento de sueldos “libres de impuestos” genera además un efecto negativo en términos de imagen, para el resto de trabajadores que ven cómo se les retienen cantidades en la nómina, pagan a la hora de hacer su declaración, etc. Pero claro, con tal de sacarse la foto con la estrella y ganar el favor de sus aficiones, con el dinero ajeno (el de los socios en el caso del Madrid y Barca) se firma a las estrellas lo que sea y como sea.

En cuarto lugar, la reforma no afectará a los últimos galácticos que han llegado a nuestro club, como el del portugués Cristiano Ronaldo o el sueco Zlatan Ibrahimovic, porque la nueva norma no se aplicará de forma retroactiva y sólo afectará a los contratos que se firmen a partir del próximo 1 de enero de 2010.

En quinto lugar, Astiazarán dice que "si se elimina esta fiscalidad la liga acabaría siendo menos interesante, habría menos consumo de televisión de pago y así, en cadena, menos interés de los patrocinadores, menos afluencia a los estadios y el Estado ingresaría menos fiscalmente". Una afirmación cargada de cinismo. Eliminar una fiscalidad preferencial para estos profesionales, no implica en absoluto que las estrellas extranjeras dejen de venir a nuestra Liga (y que, suponiendo que sean ellas las que llenan los estadios españoles y no Casillas, Villa, Iniesta, Xabi…, se vendan menos entradas, menos partidos de pago por visión, etc.), sino simplemente que los grandes clubes de fútbol deberán un poco más a esas estrellas extranjeras. A ver si ahora el Madrid no es capaz de pagar un par de millones de euros más al año a CR9 cuando se ha gastado en su fichaje más de 100).

En sexto lugar, da la casualidad de que España es el país con menores costes fiscales para los futbolistas extranjeros, según un informe realizado por Ernst&Young Abogados, que compara la fiscalidad que soportan los clubes de fútbol por los jugadores de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y España. Solo en Holanda los futbolistas tributan menos. Si fuera cierto el vínculo fiscalidad – atracción de estrellas, los últimos balones de oro estarían pegando patadas en la tierra de los tulipanes y no habría grandes jugadores en la Premiere inglesa.

Necesitamos más cerebro y menos cabezas

Ideas creativas versus propuestas insensatas

La salida de la crisis sin duda requiere ideas innovadoras y propuestas creativas. La propuesta formulada ayer por el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, resulta muy interesante, salvo por un importante matiz.

Fernández Toxo propuso ayer reducir la jornada laboral para generar empleo. Es una idea sobre la que llevo hablando mucho tiempo, desde que allá por finales de los 90, cuando trabajaba en el ámbito de Internet, las TIC, la eficiencia, el e-Business, etc., como muchos antiguos alumnos recordarán, hablaba del “precio de la eficiencia”: las empresas invierten en capital tecnológico en detrimento del capital humano; la tecnología permite eficiencia (hacer más, con menos) y la concentración de los PIB de las economías avanzadas en servicios informacionales (productos financieros, telecomunicaciones, ocio digital, etc.) en detrimento de los productos físicos (fabricación de coches, muebles, etc.) tiene como consecuencia que cada vez los países avanzados producen más (generan mayor facturación) con menos personas. El precio de tanta eficiencia es, desempleo. La banca electrónica permite que los bancos atiendan hoy al doble de clientes que hace 15 años, con la mitad de empleados; la venta de billetes online y la facturación electrónica han permitido a las aerolíneas reducir personal; las etiquetas de RFID (radiofrecuencia) que poco a poco incorporan los envases de los alimentos, productos de limpieza, etc. harán desaparecer la figura de los cajeros y cajeras en los hipermercados. Como comentaba a fondo en “El último clavo ardiendo” una sociedad cada vez más eficiente por el uso de la tecnología tiene que redefinir las jornadas laborales porque de lo contrario no habrá trabajo para todos. Las personas hemos de trabajar 3 o 4 días a la semana, o mejor, únicamente media jornada. El efecto sobre la sociedad y la economía puede ser muy interesante: más tiempo para el ocio (nuevos negocios), más tiempo para la familia, los amigos (las relaciones humanas) y trabajo de más calidad en las empresas (menor cansancio, menor aburrimiento).

Toxo se apunta a este carro del reparto del trabajo, pero con un “matiz” que no comparto en absoluto: que esa reducción de jornada no lleve aparejada una reducción del sueldo y sea el Estado el que cubra la diferencia.

No se qué ha pesado más en el sindicalista a la hora de formular esta propuesta; si ha sido su anhelo para materializar su sueño de una economía dirigida por el Estado al más puro estilo comunista; o si por el contrario ha sido su falta de conocimientos económicos.

Ya se que el sueño de cualquier sindicalista profesional es que otros le paguen por el trabajo que el no realiza; pero extender ese ideal a toda la sociedad no creo que sea precisamente lo que necesita este país, aquí y ahora. Que nos paguen a todos por no trabajar podría ser un bonito eslogan para presentarse a unas elecciones o para aumentar el número de afiliados a un sindicato. Pero a todas luces es una insensatez.

En primer lugar, porque la idea de que el Estado nos tiene que pagar por no hacer nada (o por hacer lo justo) está lamentablemente cada vez más extendida; la cultura del mínimo esfuerzo impera en un país que toma como modelo a personajes que salen en los reality-show haciendo el canelo para luego vivir del cuento. ¡Ese si que sabe montárselo! , comentan muchos jóvenes que anhelan convertirse en alguien que vive sin pegar un palo al agua. Ya se que sueno carca cuando lo digo, pero hemos de recuperar la ilusión por trabajar, crear, innovar y la cultura del esfuerzo: encontrar gratificación en aquello que nos ha costado y valorar el resultado del esfuerzo. Decir que el estado nos pague por trabajar menos creo que va en la dirección contraria al ideal que hemos transmitir.

En segundo lugar, la propuesta de Toxo me parece insensata después de ver (como comentaba en mi post de ayer) como está la caja del Estado: hace aguas por todos los lados. Mientras Toxo pedía que el Estado pagara a la gente por no trabajar, el FMI avisaba de los problemas en los que se estaba metiendo España debido a su política fiscal: la caída de la recaudación y el aumento del gasto social pueden llegar a estrangular las finanzas del Estado (déficit y deuda); España puede entrar en una larga recesión si hipoteca su futuro.

Otra cosa es que el Gobierno redefina el concepto subsidio de desempleo y se destinen parte de los recursos destinados a una nueva fórmula: en lugar de pagar a los parados por no hacer nada, se paga a las empresas que articulen fórmulas que permitan “desdoblar” cuatro empleos en cinco, compensando a los trabajadores que cedan parte de su tiempo de trabajo para generar nuevos empleos.

Mantener el salario de una persona (de forma artificial) trabajando menos, ahonda en el gran problema actual de la economía española: la productividad de las empresas.
La productividad debiera formar parte de la negociación de los convenios. En un entorno en el que vemos los problemas de competitividad de las empresa españolas en comparación con las alemanas, francesas, etc., mientras recibimos mensajes de diferentes economistas internacionales que dicen que los salarios en España están desacompasados con respecto a la producción (un 25% aproximadamente), en un escenario en el que la solución pasa por reducir un 25% los salarios o incrementar un 25% el resultado (lo que producimos cada persona), resulta contraproducente continuar reivindicando aumentos salariales (por “convenio”) del 2%. Máxime cuando la deflación en España es un hecho (es decir, que reduciendo los sueldos de las personas o simplemente no aumentándolos, los trabajadores no perderíamos poder adquisitivo). Los convenios colectivos van a terminar de dar la puntilla a la maltrecha competitividad de las empresas de este país. Hasta una entidad dudosa de toda sospecha como es el Banco de España reconoce que el sistema de negociación colectiva es uno de los culpables de la destrucción de un millón de puestos de trabajo.

martes, 3 de noviembre de 2009

Tamames en ESEUNE: la crisis continua

Ayer lunes 2 de noviembre celebramos nuestro encuentro anual en ESEUNE con el prestigioso economista D. Ramón Tamames. Como no todos los compañeros del Executive MBA pudistéis asistir, os resumo lo tratado.

Hace un año Tamames nos habló sobre la crisis y sus efectos; ayer intentamos vislumbrar entre todos una hipotética recuperación.

Doce meses atrás estuvimos al borde del colapso (tras la quiebra de Lehman Brothers el 17 de septiembre de 2008). Pero las medidas adoptadas evitaron la hecatombe: los Bancos Centrales han inyectado liquidez en el sistema, los gobiernos reaccionaron elevando las garantías de los depósitos (evitando que millones de ciudadanos hicieran cola en las entidades bancarias para retirar sus ahorros), se han creado fondos de adquisición de activos financieros dudosos para mejorar la salud de los bancos y se han materializado planes de amortiguación de la crisis (del tipo Plan E).

Hoy se habla de la recuperación de la economía estadounidense, que en el tercer trimestre de 2009 ha crecido un 3,5% (con respecto al tercer trimestres de 2008).

Pero es curioso comprobar cómo esa noticia ha ilusionado más en España que a los propios ciudadanos estadounidenses, muchos de los cuáles ponen en duda la recuperación. En primer lugar hay que tener en cuenta que ese crecimiento se genera comparativamente con un trimestre negro, como fue el tercero de 2008 en Estados Unidos. Además hay que tener en cuenta que buena parte de ese crecimiento se debe a las fuertes ayudas gubernamentales (como el superplan para salvar a la vieja industria del automóvil en Detroit); y todo ello acompañado de un dólar débil que favorece las exportaciones estadounidenses. De ahí que algunos economistas como Paul Samuelson (primer Nobel de Economía, en 1970) avisen sobre la posibilidad de una “W”.

España 2010

Pero, volvamos a España. La situación para 2010 se vislumbra como muy negativa: más que la situación de 2009. Es cierto que el PIB no seguirá sangrando (pero hemos de tener en cuenta que la caída en 2009 ha sido tan importante, que simplemente el hecho de no crecer ya es de por sí altamente preocupante). Las “sombras” de la economía española en el 2010 vendrán de la mano de su sistema bancario, que ya está siendo puesto en duda por cada vez un mayor número de analistas internacionales. Varios son los informes que dicen que los bancos españoles ocultan su tasa real de morosidad (el endeudamiento de los bancos españoles es de 800.000 millones de euros y un 25% del total –unos 200.000 millones- pueden corresponder a activos “dudosos”); por otro lado se comenta que el stock de viviendas sin vender es mucho mayor del que se reconoce oficialmente; y lo verdaderamente cierto es que no fluye el crédito hacia las empresas, autónomos y familias.

Los planes de amortiguación diseñados por el Gobierno (los 8.000 millones del Plan E; los 5.000 millones del Plan E bis; las ayudas a la compra de automóviles…) han generado un efecto (y miles de kilómetros de nuevas aceras) positivo (conteniendo la evolución del paro, manteniendo activas cientos de pequeñas empresas) pero son planes muy débiles, sin fuerza real para dar impulso a nuestra economía y que esta arranque aprovechando la inercia.

El paro es nuestro principal problema. Hace unos meses le preguntaban al Presidente Zapatero si no temía por revueltas sociales en España, con una tasa de desempleo que camina de forma decidida hacia el 20% de la población activa. Su respuesta al periodista fue que viniera a España y caminara por sus calles para que comprobara por si mismo que en España la gente vivía muy bien.

Tal vez eso sea así por dónde camina el Presidente. En ciudades como Madrid, donde se concentran un importante volumen de trabajadores públicos (funcionarios que en ningún momento ven amenazados sus ingresos, que no temen en absoluto perder su empleo) el nivel de consumo sigue siendo aceptable; fluye el dinero, respiran los comercios, funcionan los servicios. Pero en otras ciudades, pueblos y regiones el panorama es realmente desolador. La gente no se ha echado a la calle y la delincuencia no se ha disparado por dos motivos: tenemos un sistema social que permite a las personas seguir viviendo (subsidios de desempleo, sanidad gratuita, educación gratuita…); las familias pueden pagar su alimentación y los niños pueden seguir acudiendo al colegio.

Por otro lado, la economía sumergida sigue funcionando: de los 600.000 cheques ayuda de 400 euros que tenía preparados el gobierno solo se han recogido 30.000. Hay mucha gente que no está dispuesta a realizar un cursos de formación todos los días para recibir esa ayuda….porque sigue haciendo sus chapucitas cobrando en dinero B, echando una mano al cuñado en el taller, al hermano en el bar….

La economía sumergida actúa como amortiguador de la crisis; pero viene a agravar el segundo gran problema de España: la caída de los ingresos públicos pone en peligro nuestro estados de bienestar (la salud y la educación se van a deteriorar; las pensiones no están por el momento amenazadas…pero si son una amenaza: los compromisos que hay que atender en los próximos diez años, si la economía sigue estancada, van a chupar gran parte de los ya de por si débiles ingresos públicos.

En menos de un año hemos pasado de 11.000 millones de euros presupuestados para pagar los subsidios de desempleo a 35.000 millones (o lo que es lo mismo, como dice Tamames, media docena de AVE´s Madrid-Sevilla). Una tasa de paro tan elevada constriñe la capacidad de un país para desarrollar nuevas infraestructuras, modernizarse, invertir en I+D, potenciar sus Universidades, mejorar la sanidad…..

La crisis tiene muchas papeletas para empeorar; la capacidad del Gobierno para seguir actuando tiene un límite; aunque Bruselas nos autorice a seguir teniendo un déficit elevado o a seguir emitiendo deuda, los amortiguadores del Gobierno en forma de estímulos para la economía no tendrán la suficiente fuerza como para reanimar al paciente. Además, si seguimos disparando la deuda, no somos conscientes de una cosa: algún día habrá que pagarla. ¿Cómo?

A lo largo de la historia de España hemos visto desamortizaciones como la de Mendizabal o la más reciente privatización de las grandes empresas públicas que han permitido al Estados reducir su nivel de endeudamiento. Pero ahora, ¿qué nos queda? ¿Cómo vamos a devolver dentro de diez o veinte años nuestra deuda? A las administraciones públicas no les queda nada por vender para hacer caja…salvo, como decía Tamames, las Cajas de Ahorros. ¿Veremos la desamortización de la cajas? La complejidad política que acompaña a estas curiosas entidades (¿de quién son? ¿cuánto valen? ¿quién las controla?) sitúa en un horizonte muy lejano esta posibilidad.

Lo cierto es que mientras vemos como los ingresos públicos se reducen, asistimos a un crecimiento significativo de las partidas presupuestarias para pagar subsidios de desempleo y amortizar la deuda.

Ya es demasiado tarde para las reformas; pero mañana será más tarde aún

Pocos son, y cada vez menos, los que ponen en duda la urgente necesidad de realizar importantes reformas.

La primera la reforma laboral: la única forma posible de recuperar a buen ritmo parte de los empleos perdidos ( y aliviar el presupuesto del Estado permitiendo seguir potenciando la investigación, el desarrollo, la educación, la innovación…). Trabajo estable, indefinido, temporal, precario….Lo que sea pero trabajo. No es el momento para debates sobre la calidad, sino de hablar sobre cantidad. Hacen falta varios millones de nuevos puestos de trabajo.

La segunda reforma va en paralelo: la reforma de la productividad. Cambiar el modelo productivo es necesario (sustituir el ladrillo y la paella por la biotecnología y las renovables). Pero ese cambio supone casi una generación. Mientras cambiamos el modelo productivo podemos comenzar por cambiar el modo de producir: las empresas españolas son un pozo de ineficiencia; no somos competitivos y nos lastra la productividad. Hemos de mejorar la capacitación del tornero y también la del CEO. Y resulta absolutamente necesaria la redefinición del papel de los sindicatos y la negociación de los convenios (orientándose hacia la productividad, la competitividad, etc.). En definitiva, un nuevo modelo productivo es necesario, pero una nueva forma de producir es urgente (un nuevo modelo de empresa “e-volucionada”)

La tercera reflexión que el país ha de abordar es la del papel de la función pública. En los últimos años la población española ha crecido un 20% y el número de funcionarios un 100%. En algunas Comunidades Autónomas (como Andalucía o Extremadura) el 30% de la población trabajadora es funcionaria. ¿Necesita España ese elevado porcentaje? Y sobre todo, ¿nos podemos permitir ese lujo? La mejora de la eficiencia de la administración es tan importante como la mejora de la productividad de las empresas.

Y por último, hemos de reflexionar sobre la fragmentación del mercado. Somos poco más de 40 millones de consumidores...distribuidos en 17 micro-mercados. Wall-Mart ha dicho que no viene a España porque no es un mercado, sino 17. Un colega estadounidense alucinaba hace unos meses cuando le contaba los problemas para gestionar un residuo tan simple como el aceite industrial: si estás en Pamplona y tus furgonetas responsables del transporte del residuo están ocupadas, mientras las de Vitoria están ociosas…no puedes dar un telefonazo para que vengan a darte apoyo: no sirven las licencias, el personal no está autorizado, probablemente desconozca los procesos a seguir…. En fin, muchas de las cosas que comentaba en mi post del mes de marzo.

La comisión Europea tampoco lo ve claro

Hoy mismo hemos conocido las previsiones de la CE para España: la economía española se contraerá un 3,7% este año 2009 y seguirá cayendo en 2010 otro 0,8%. A partir de ahí, en 2011, una insignificante recuperación de un 1% (insignificante tras dos años de caída). Según Bruselas en 2011 superaremos el 20% de paro: 1 de cada 5 personas en edad de trabajar no podrán hacerlo. La recesión nos acompañará varios trimestres más y únicamente economías avanzadas como la letona, la lituana y la búlgara tardarán tanto como España en abandonar la crisis.

El déficit público se disparará hasta el 11,2% del PIB este año y se mantendrá en torno al 10% en 2010 debido a la caída de los ingresos fiscales, al aumento de las prestaciones por desempleo y a las medidas anticrisis, mientras que la deuda aumentará del 39,7% en 2008 hasta el 74% en 2011. Ese expectacular incremento pone en riesgo la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas.

Bruselas también advierte del riesgo de algunas de las medidas fiscales que se han tomado. La eliminación de devoluciones fiscales (en referencia a los 400 euros) y los incrementos del IVA pueden tener también un impacto negativo en el consumo privado.

Y una vez más llegan del exterior dudas sobre nuestro sistema financiero: Bruselas avisa de un inminente incremento en los impagos de hipotecas que podría poner en riesgo la corrección de las balanzas de los bancos muy expuestos al sector de la construcción, lo que podría tener un impacto negativo en la economía real.

La Comisión subraya que España ha seguido perdiendo competitividad durante la crisis porque los salarios han crecido por encima de la productividad debido a las cláusulas de revisión. Los inadecuados convenios a los cuáles nos hemos referido antes pueden conducir, según la CE, como en el pasado, a un importante aumento del paro de larga duración y reducir el potencial de crecimiento potencial de la economía española.

En resumen, preparémonos para una año muy, muy difícil.

martes, 20 de octubre de 2009

Autoridad... cuánto de poder y cuánto de influencia.

Comenzamos el curso Executive 2009-2010 dentro del blog de ESEUNE, con unas reflexiones sobre los conceptos de autoridad, poder e influencia. Estos tres conceptos complejos e intrinsecamente relacionados, se constituyen en elementos claves con el objetivo de que los miembros de una organización interactúen adecuadamente para lograr que la misma sobreviva en el tiempo.




Pero, ¿cómo están relacionados estos tres conceptos que parecen que van de la mano?. ¿Cuál debe ser el peso de cada uno?. Vamos a ver si conseguimos aclarar qué supone cada uno de ellos, antes de buscar y cuantificar dichas relaciones.



La influencia aparece en las relaciones de las personas, mostrándose en el momento que se produce un cambio de actitud que presenta dichas personas a las cuales va dirigida. Buscándole una definición podriamos decir que es un proceso social en virtud del cual un individuo o grupo logra que otro individuo o grupo actúe bajo las expectativas del otro. Pero el concepto de influencia que genera un valor dentro de una organización, es aquel en que el poder del convencimiento, el carisma y el conocimiento experto consiguen dicha actuación, frente a elementos como la coerción y la sanción.



El poder, oscuro objeto de deseo... Pues no es más que un caso especial de influencia que implica pérdidas en el caso de no aceptación a las reglas, normas y ordenes dadas. Es decir, el poder utiliza como medio de aceptación la existencia de represalias, representadas en la fuerza, y en la obligación de cumplimiento de sus propósitos u objetivos. Mientras que la influencia utiliza métodos mas flexibles, entre los cuales se destaca el poder de convencimiento para su aceptación, dejando al criterio del sujeto la decisión de aceptarla o por el contrario rechazarla.



Y ¿la autoridad? Se puede definir como una suma del poder y la influencia legitima teniendo en cuenta que un sujeto esta en su total derecho de exigir y otro sujeto tiene la obligación total de aceptar lo que el primer sujeto ha solicitado.


Por ello, realmente no se puede hablar de un equilibrio entre ambos conceptos, sino que realmente la autoridad se hace presente al aceptar o legitimizar el poder ejercido, sin la utilización necesaria de las represalias intrinsecamente presentes en el mismo. Es decir, cuando la persona acepte la influencia ha de tomar conciencia de que es un deber propio satisfacer las demandas establecidas por quien en ese momento ejerce la influencia. Ello hace que sea fundamental trabajar las relaciones personales entre los miembros de una organización, para que el grado de influencia, como elemento constituyente de autoridad, sea infinitamente superior a la disciplina intrínseca al poder, la cuál no va a constituir más que un factor de rechazo sobre aquellas personas sobre las que es ejercida.












viernes, 16 de octubre de 2009

On Competititon!


En plena competición. Los alumnos del Executive MBA han comenzado a competir con el simulador de ESEUNE. Se han dividido en 5 grupos, que gestionan 5 empresas que a su vez compiten entre si en 3 diferentes mercados.

La simulación dura 2 años; las decisiones se toman por trimestres, totalizándose 8 decisiones; cada empresa dispone de una semana para analizar la completa información aportada por el simulador sobre su empresa (ventas por producto y mercado, facturación, beneficios, stock, etc.) y sobre el mercado (cuotas, competencia, etc.)

Tras 3 trimestres, el equipo Samsumg se destaca, con una puntuación de 743 sobre 1000. Le sigue de cerca Philips con 679 puntos. Los otros tres equipos están aún por debajo de los 500 puntos de media.

Esta semana se cumplirá el primer año de competición...y pasaremos el ecuador...

miércoles, 8 de julio de 2009

Segunda jornada en Georgetown University


El martes 7 de julio los alumnos del Executive MBA han trabajado temas de Negociación Internacional (con el Profesor Douglas McCabe) y de Marketing (Con el Profesor Guerrero-Cusumano): Get to know your customer.
El Dr. Guerrero-Cusumano es, desde 1989, Profesor en la Georgetown University School of Business. Licenciado en Estadística por la Universidad Nacional de Rosario (Argentina), Master of Sciences en la Facultad de Matemáticas de University of Illinois at Urbana-Champaign (UIUC, USA) y Doctorado en Ingeniería Industrial por la UIUC (USA). Es Codirector del International Institute for Government, Management and Public Policy de Georgetown University y Director Académico para Latinoamérica y Europa de Center for Intercultural Education and Development de Georgetown University. El Dr. Guerrero-Cusumano ha sido Director del Georgetown Graduate Summer Program in International Management en Oxford University (Reino Unido) entre 1998 y 2000 y Director de Business School Argentina Global Experience en Buenos Aires entre 2000 y 2003. Es también Profesor invitado en University of Versailles (Francia),University of Ghent (Bélgica), Institut d’Admistration et de Gestion (IAG), University Catholique de Louvain, Louvain-La-Neuve (Belgica), Vesalius College (Vrije Universiteit), Vlerick School of Business, etc. Es Vice-presidente de la Fundación Latinoamericana para la Calidad y miembro de la Multinational Alliance for the Advancement of Organizational Excellence (MAAOE).

martes, 7 de julio de 2009

Comienzo del programa en Georgetown


El lunes 5 de julio ha comenzado el periodo lectivo en Georgetown Univeristy para los alumnos del Executive MBA Las dos primeras sesiones han sido desarrolladas por el Profesor Luis Bitencourt, sobre Marketing and Leadership Callenges in Times of Globalization y las dos segundas, las de la tarde, por el Profesor Eric Lagenbacher, del Department of Government, sobre American Society.

miércoles, 10 de junio de 2009

El ojo del huracán (preparados para la Crisis 2.0)

Este año la primavera nos ha traído golondrinas, sol, aumento de las temperaturas, polen, alergias y algunos brotes verdes que han desatado la euforia de los optimistas patológicos.

Cierto es que el brutal ritmo de contracción de la economía mundial se ha ralentizado. Pero una cosa es observar a través de la lente de un microscopio el nacimiento de unos pequeños brotes verdes y otra comenzar a preparar la segadora por si acaso.


Por el momento las cifras macro siguen siendo preocupantes; bien es cierto que han dejado de ser catastróficas, pero los índices que nos viene de USA (ventas minoristas, demanda de vivienda, producción industrial…) todavía no son esperanzadores. Si miramos a otras latitudes, el gigante chino sigue sin despertarse y su vecino japonés continúa con encefalograma plano (el FMI prevé una caída de su PIB en 2009 del -7%). La locomotora europea (Alemania) ha metido la marcha atrás y la ferroviaria Merkel no sabe como cambiar la tendencia (previsión del FMI, -6% para este año). Con todo ello el PIB mundial se contraerá un 1,3% este año y vivimos la mayor contracción del comercio mundial (-9%) desde el desembarco de Normandía. A todo esto hay que añadir que estas previsiones del FMI se caracterizan por empeorar de forma progresiva. Por el momento el panorama es horrible; dentro de tres meses tendremos que buscar otro calificativo (y trimestre a trimestre éstos se nos agotan). Porque por el momento solo tenemos clara una cosa: cada nueva previsión ha empeorado la anterior de forma notable.


Aún así hay personas que ven en esta ralentización de la caída una señal de optimismo. Vale; puede supongamos que se haya tocado fondo (que es mucho suponer), pero un brote verde no puede crecer sino desaparecen de su alrededor todas las malas hierbas que impiden su desarrollo. Los optimistas dicen que la economía mundial tocará fondo este mismo año. Pero ese no es el quid de la cuestión. La clave es determinar cuando llegará la recuperación y cuál será su ritmo.

Yo no comparto la descripción que hacen algunos de la actual situación. No estamos en la “estación de los brotes verdes” sino, más bien, en el “ojo del huracán”.

El ojo es un área circular despejada en el centro del huracán. En su seno reina la calma mientras a su alrededor los elementos de la naturaleza desatan su ira.

Tal vez asistamos en los próximos meses a un crecimiento del PIB dinamizado por el largo periodo de descenso del consumo que hemos padecido (la gente tiene ganas) y el espectacular impulso generado por las políticas públicas intervencionistas (los planes de rescate USA, las ayuda al sector de la automoción en Europa, el Plan E en España, etc.) Pero las tormentas no han desaparecido y una vez atravesado el ojo la ya de por si dañada embarcación que representa la economía mundial se tendrá que enfrentar de nuevo con el huracán.

Porque el huracán, a pesar de la falsa sensación de sosiego que se experimenta cuando pasa su ojo, sigue estando ahí. Algunos actúan como el niño que separa su mirada de algo pensando que de esa forma ése algo desaparece. Piensan que si se ignora la crisis ésta desaparecerá. Pero no es tan sencillo ignorar una de las peores recesiones de la historia.

Tampoco podemos obviar que de ninguna de las medidas de política económica que se han adoptado (a pesar de su variedad y magnitud) han conseguido detener la caída (simplemente ralentizarla) y, como comentaba en otros post, el origen de esta gran depresión (el problema con el sistema bancario) sigue sin resolverse. Por si alguno ya no lo recuerda, todo este follón se origina con la valoración de los activos tóxicos. Por el momento no se sabe aún el volumen de los mismos y el problema no tiene visos de resolverse a corto plazo ya que para ello se tiene que recuperar el mercado inmobiliario (para que los activos se saneen).


La segunda fase de la crisis (tras el paréntesis del ojo) tendrá unas consecuencias diferentes, de la misma forma en que son diferentes sus causas. Si en la primera parte del ciclón los vientos huracanados fueron generados por la letal combinación de la explosión de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera internacional, en esta segunda fase el catalizador de los problemas será el paro.

Entraremos en 2010 con cinco millones de desempleados y una tasa de paro del 20%. Las previsiones para ese año hablan incluso de un 22%. A medida que se vayan finalizando los contratos temporales de la época estival y los de las personas que están cavando zanjas y alicatando paseos gracias a la genial idea del gobierno, el paro (que ha visto como su sangría se ha frenado en el mes de mayo y seguirá así los próximos dos meses) volverá a cabalgar como el quinto jinete de la Apocalipsis amenazando con su guadaña a la maltrecha economía española.

Los primeros en pagar las consecuencias de esa segunda fase de la crisis serán las cajas y bancos. La morosidad, hasta ahora contenida, se desatará. En la primera parte de este sainete el problema para los bancos ha sido la liquidez; ahora le corresponde el turno a la solvencia y a la morosidad. Hasta la fecha los balances de los bancos y cajas han contado con la ayuda de los gobiernos para ir tirando, pero el problema de fondo sigue ahí: España está apalancada. Las deudas de las familias, las pymes, los ayuntamientos….siguen estando ahí. Y mientras no entre dinero en el mercado y España no se desapalanque, los bancos tendrán problemas para prestar, las personas para consumir y las empresas para invertir. Familias y empresas endeudados hasta las cejas que ven por extensión como los bienes comprados mediante los compromisos adquiridos con los bancos, bajan de precio mes a mes (desde las casas hasta los coches).

Muchos ven en la liquidez el maná. Dicen que en cuanto los bancos vuelvan a prestar se solucionarán muchos de los problemas; los precios dejarán de caer, las familias consumirán, las empresas invertirán, el paro descenderá…Cierto. Pero nadie parece responder a la cuestión principal: ¿de dónde van a sacar los bancos el dinero para prestar? Los bancos han salido muy tocados de la primera parte de la crisis…y tan mal parados dudo mucho que sobrevivan (muchos de ellos) a la segunda, una vez abandonemos la calma chicha del ojo del huracán.

La deuda del ladrillo con los bancos (los activos tóxicos made in Spain) es espectacular (un millón y pico de pisos vacíos pueden tardar unos cinco años en ser vendidos). Los bancos y cajas españoles se están quedando con miles de casas, naves industriales, terrenos… para maquillar sus balances ante la imposibilidad de los promotores inmobiliarios de devolver sus préstamos. Una medida a la desesperada que ha sido tomada sin encontrar respuesta a la pregunta: ¿quién va a comprar ahora a los bancos y cajas esos pisos?. Alguna entidad reservó inicialmente esos “chollos” en exclusiva para sus empleados. Al vender únicamente tres apartamentos en la playa y dos plazas de garaje, han empezado a ofrecer sus chollos a sus clientes. Y ni con esas se vende un piso. Por dos motivos: la gente piensa que, a pesar del descuento, el precio de los pisos va seguir bajando; y el que no piensa eso y se decide a comprar, no encuentra un banco que le preste. Como decía anteriormente, la medida a maquillado los balances de los bancos (aunque solo sirva para engañarse a si mismos) y ha sacrificado su liquidez, ya de por sí maltrecha, limitando su capacidad para seguir aportando crédito. No me preguntes qué otra cosa podrían haber hecho los bancos porque no tengo respuesta.

Cinco millones de personas cobrando un subsidio de desempleo van a dejar las arcas del Estado temblando. El déficit fiscal (cada previsión supera a la anterior aunque parezca increíble) puede superar ¡el 10%! La Seguridad Social entrará en déficit dentro de unos meses. Panorama horrible, pero, ¿qué sucederá a medida que esos cinco millones de personas dejen de percibir su subsidio de empleo? La morosidad bancaria se disparará; los conflictos sociales se harán insostenibles (ya está aumentando de forma significativa la delincuencia); veremos manifestaciones violentas (en algunas ciudades, como Vigo, ya están asistiendo al preámbulo), huelgas… El Presidente del Gobierno ya ha dejado claro que nada de esto sucederá: se crearán salarios sociales, se aumentarán los periodos de prestación, etc. El déficit que acumularemos lastrará a nuestro país durante una generación entera y asistiremos a una merma de los servicios sociales que tanto han evolucionado en los últimos lustros: sanidad, educación, cultura, transporte…


No será tan fácil ver como los brotes verdes de la economía española se convierten en capullos (es más probable que se produzca el fenómeno inverso y el rostro de algunos de nuestros dirigentes adquiera la tonalidad del cutis de Shrek ) sin realizar reformas severas (cosa que por el momento nadie quiere mentar) y sin reducir nuestras deudas (cosa que por el momento nadie puede hacer). Seguir pensando que las cosas se van a resolver por si solas es una temeridad. Resulta impopular hablar de reducir salarios, beneficios, pensiones, gasto público… pero una economía estancada (por no decir que se hunde) como la española no aguanta con el peso que le ha echado encima muchos meses más. Las vacas gordas se han ido….y tardarán mucho en volver. Admitir la realidad es el primer paso para poder encontrar soluciones.


El otro día un alumno me preguntó si veo la recuperación de la economía española en el primer o en el segundo semestre de 2010. Le respondí que en el segundo semestre de 2010 estaremos en disposición de decir si la economía española podrá recuperarse (o no) a medio plazo y que en caso de respuesta positiva esa recuperación llegaría en 2015. A unos (los más optimistas) mi respuesta les hizo gracia; a otros (los más pesimistas) casi les hace llorar. Un buen navegante no es aquel que espera a que lleguen vientos favorables, sino aquel que tiene habilidad para navegar ajustándose al viento que venga, con independencia de su fuerza y su dirección. No es cuestión ni de reír ni de llorar, sino de potenciar nuestra destreza como marinos.

lunes, 20 de abril de 2009

El inevitable camino hacia la recesión

He de comenzar manifestando mi ignorancia al respecto del comportamiento de los mercados bursátiles, aduciendo como argumento mis grandes meteduras de pata a la hora de comprar y vender acciones cuando me atrevo a ello. De la Bolsa sé más bien poco: solo que a veces sube y a veces baja…pero no necesariamente en ese orden.
Advierto sobre mi falta de conocimientos bursátiles porque voy a comenzar mi comentario haciendo referencia al “calentón” que algunos han experimentado con la subida de la Bolsa española estas últimas semanas (desde que me decidí a “salir” de ella…más o menos, en otro alarde de visión para mi colección). Cierto es que la Bolsa va por delante de la economía…pero una de dos: o va muy, muy, muy por delante…o algo no cuadra. Los que creen ver en la subida de la Bolsa española el final de la crisis a medio plazo (que la Bolsa comienza a intuir la recuperación) creo que son demasiado optimistas. Yo más bien veo una recuperación momentánea fruto de la retirada de los fondos bajistas de valores que ponderan mucho en el Ibex (como la banca..) que intuyo será el preámbulo…de una nueva y más espectacular caída.
Como de costumbre, algunos pensarán que soy demasiado catastrofista…pero lo hago para equilibrar el desaforado optimismo que aflora cuando alguien quiere agarrarse a una noticia positiva…aunque sean algo tan simple (y virtual) como una subida del Ibex, ignorando las otras nueve noticias negativas.

La economía española no va a mejor; y lo que es peor, nada parece indicar que las cosas vayan a mejorar…sino todo lo contrario. Las cifras que se publican son cada vez más inauditas pero lo más preocupante es el efecto que se está generando entorno a ellas; al igual que sucede cuando una persona abusa de los antibióticos, el sobreconsumo cotidiano de cifras negativas hace que la gente se esté haciendo inmune a ellas: cualquiera de los datos que han aparecido en las últimas semanas hubiera hecho temblar a la gente hace un par de años. ¡Solo uno de ellos habría bastado! Y hoy asistimos impasibles a una cascada de cifras negativas inauditas: más de cuatro millones de parados, caídas de las ventas de vehículos del 50%, caída de los créditos hipotecarios en un 40%, caída de la producción industrial en un 25%, de las exportaciones, de la afiliación a la seguridad social, de los precios, intervención de cajas de ahorros….

Hace unos meses algunos optimistas situaban la recuperación en el segundo trimestre de 2009; otros en el segundo semestre. Hoy cada vez quedan menos ilusos que esperan una recuperación a lo largo del año. Visto el panorama me atrevo a pronosticar que 2009 será un año horrible y que 2010 será peor año aún; año en el que superaremos en España el 20% de paro (cinco millones de personas sin empleo). Son muchos los que tras unos años de bonanza están preparados para afrontar una crisis violenta pero corta…como la que se esperaba; pero serán pocos los que puedan afrontar una crisis larga…como la que realmente nos espera.

Es duro reconocerlo, pero las cuotas de bienestar que hemos alcanzado tras muchos y duros años de trabajo..se fugan por desagüe…sin que nadie sepa qué hacer para evitarlo. Las medidas que están tomando nuestro gobernantes están llevando el déficit público a cotas insospechadas hace tan solo unos meses. La caída en la recaudación fiscal por un lado y el aumento de la factura por las prestaciones de desempleo (que algunos quieren prolongar y que terminaría por estrangular al Estado) nos van a generan un déficit más cerca del 10% que del 5%. Una factura que tardaremos años (¿una generación?) en pagar. La merma de los servicios que proporciona el estado de bienestar será considerable: la sanidad, la educación, las pensiones….

Mientras tanto la banca está jugando con fuego…sentada sobre un bidón de gasolina. Como la quiebra de los grandes promotores triplicaría su actual índice de morosidad….se están quedando con sus pisos, apartamentos, adosados…. Por un lado, que nos ofrecen a los clientes por otro con rebajas de hasta el 50% sobre la tasación original (en base a la cual concedieron los créditos en su día). Esa presión sobre los precios que están generando los bancos está generando un efecto perverso en el mercado: el promotor “bueno” (el que sigue pagando sus créditos al banco religiosamente) no vende un solo piso (los pocos que se venden…lo venden los bancos…que son los que ponen el crédito para sus clientes seleccionados). Poco a poco los promotores “buenos” no podrán cumplir con sus compromisos con la banca…y éstas se convertirán en inmobiliarias. Antes de que termine la Liga de fútbol (por cierto….Liga BBVA) en lugar de regalar cheques a los afortunados que meten un gol desde el centro del campo…se les regalará un adosado en Murcia o una nave industrial en Guadalajara.

Y lo peor de todo es que se han puesto miles de millones de euros de las arcas del Estado (es decir, de nuestros impuestos) para intentar salvar la economía…y nada parece indicar que la sangría se esté deteniendo. Cierto es que de momento no han quebrado muchos más bancos, pero el virus aún no ha sido erradicado. Mientras no se sepa a ciencia cierta el volumen de activos tóxicos que circulan por el mundo, el principio del fin del problema no aparecerá. Los bancos seguirán sin prestar, los ciudadanos sin comprar y las empresas…sin fabricar. Recesión habemus.

lunes, 6 de abril de 2009

Apuntes sobre los apuntes (VI)

Tras estos dos fines de semana con Aitor Lago, doy continuidad a varios temas de los que comentó. En la intervención de Caja Castilla La Mancha tuvo mucho que ver el auditor, Ernst & Young, que consciente de que se jugaba su prestigio como auditor en el sector financiero, no cedió a las presiones y se negó a firmar las cuentas, provocando la intervención del Banco de España.

En clase Aitor recomendó la lectura de la circular 8/90 del Banco de España, en la que se establecían las fechas valor de las operaciones. Precisamente dicha regulación ha sido motivo de crítica últimamente ya que en un mundo de trasacciones electrónicas al instante, cuatro días en los que el dinero está "en el aire" son muchos.

Por otra parte, el último artículo de Oriol Amat en Supercontable es de junio de 2008. En su blog y su web personal hay contenidos más recientes, por si queréis seguirle.

Tras la lluvia de conceptos financieros, no está de más tener a mano un recopilatorio de conceptos de economía y los artículos de la categoría de Finanzas en la Wikipedia.

Volviendo hacia atrás en el máster, añado lecturas adicionales para temas de otros profesores como Mª Eugenia Ramos (Los conflictos de un equipo pueden ser constructivos), Jesús Hoyos (Tres cosas hay en la empresa: emociones, confianza y comunicación) y Enrique de la Rica (La matriz de Boston consulting Group y Las fuerzas de Porter).

viernes, 3 de abril de 2009

Especial "Todo sobre la crisis" de Buenafuente

Hace un mes Andreu Buenafuente reunió en un plató a dos persona de interés: Leopoldo Abadía (el gurú campechano de la crisis ninja) y Eduard Punset (que tiene un gran admirador entre nosotros :-). Lo había dejado pendiente de ver completo y una vez hecho os lo recomiendo.

El debate fue interesante y lleno de comentarios agudos, incluyendo un par de experimentos en directo de Punset. Se centró en las razones reales y antopológicas de la crisis, desde un punto de vista distendido y con toques de humor. El vídeo de introducción al tema de la crisis no tiene desperdicio por sus definiciones sobre varios conceptos económicos.


Resto de vídeos en partes 2 , 3 , 4 , 5 y 6.

jueves, 26 de marzo de 2009

Las grandes reformas que necesita España para salir de la recesión

El Consejo Asesor Editorial debatió sobre cómo deben abordarse los problemas estructurales de la economía española. Acabar con las trabas administrativas y reformar el mercado laboral fueron algunas de las apuestas.
El Consejo Asesor de Expansión y Actualidad Económica intercambió puntos de vista sobre las grandes reformas económico-institucionales que España debiera acometer para facilitar que la recuperación económica, todavía lejana, llegue antes y, sobre todo, tenga una base sólida.
El debate contó con la presencia como expertos invitados de César Molinas –autor del artículo ¿Qué reformas necesitamos? que publicó EXPANSIÓN el 10 de febrero– y Juan José Dolado, catedrático de Economía de la Universidad Carlos III.

Por fortuna, hay ya algunos indicios aislados que apuntan a un posible cambio de tendencia económica en Estados Unidos y, acaso, en algunos países de la Unión Europea. De ahí los recientes y todavía cautos anuncios de los presidentes del BCE y de la Reserva Federal de que el suelo de la actual recesión podría tocarse pronto.

Por desgracia, ese eventual cambio de tendencia de la economía internacional, incluso si llegara a confirmarse, tardará mucho en llegar a España, que sólo logrará empezar a crear empleo neto cuando su PIB vuelva a crecer por encima del 2%. Ese desfavorable panorama en el futuro inmediato no debiera ser óbice para que España aborde algunas reformas básicas que no propiciarán la recuperación, pero que aparecen como inevitables y, en algunos casos, facilitarán que la futura recuperación sea más intensa y duradera.

La opinión dominante fue que las reformas institucionales más prioritarias relacionadas con la economía son dos: La simplificación administrativa (reforma de las Administraciones Públicas y restauración del mercado interior español) y la reforma del mercado de trabajo.

Trabas administrativas
La actividad económica en España –y de forma especial la relacionada con la creación y funcionamiento de las empresas– está sujeta a un gran cúmulo de autorizaciones de distintas Administraciones, tanto estatales como autonómicas y municipales. La aspiración de que crear una «ventanilla única» que centralice y acelere la obtención de todas, enunciada con reiteración por todos los Gobiernos durante décadas, no se ha hecho realidad.

La supresión de autorizaciones administrativas superfluas no es una mera cuestión de reducción de costes y duplicidades, sino también de lucha contra la corrupción: «detrás de cada papel superfluo hay una mano». Está relacionada también con la reforma de la Administración, que ha crecido al compás de la reglamentación creciente.

La sobre-reglamentación de la actividad económica en España, lejos de atenuarse, se ha ido agravando como consecuencia del desarrollo del Estado de las autonomías, que desde el punto de vista normativo ha tendido a fragmentar el mercado interior español en 17 mercados.

En ese agravamiento ha tenido un papel, a juicio de algunos, el Tribunal Constitucional, que desde fecha temprana sentó una jurisprudencia que interpretó de forma restrictiva el alcance de las competencias del Estado para fijar la «legislación básica» (p.ej. en materia de transporte, aguas, urbanismo u órganos rectores de las Cajas de Ahorro).

También la tuvo, a juicio de otros, la decisión política de equiparar los techos competenciales de todas las comunidades, equiparándolas a las de las llamadas regiones históricas. Esa proliferación del poder autonómico ha llevado a que en muchas negociaciones entre los Ministerios y las comunidades autónomas, los funcionarios del Estado actúen con cierto «complejo de inferioridad».

En el ámbito universitario, ha provocado el fenómeno de hipertrofia y fragmentación autonómica. En las Cajas de Ahorros, ha agravado su politización. Algunos, en suma, consideraron preciso analizar qué aspectos de ese proceso de fragmentación del mercado interior español son reversibles.

Frente a ese diagnóstico pesimista, otros destacaron que no se deben exagerar los inconvenientes del Estado autonómico, que ha permitido que las comunidades prestaran mayor atención a sectores descuidados por un Estado central distante (p.ej. red local de carreteras).

En materias como el doble etiquetado de productos de consumo, el sistema establecido no ha suscitado graves dificultades. Además, se han dado pasos recientes en la supresión de ciertas autorizaciones autonómicas –p.ej., para la apertura de hipermercados–. La financiación opaca de partidos políticos y actuaciones administrativas, con ocasión de las licencias, autorizaciones y concesiones se da también en otros países industrializados, incluidos otros Estados miembros de la Unión Europea de carácter más centralista.

Las grandes multinacionales establecidas en España no han resultado particularmente perjudicadas por el desarrollo del Estado de las Autonomías. Otros, sin embargo, consideraron demasiado optimista esa conclusión: incluso aunque el exceso de reglamentación no hubiera provocado grandes daños a las empresas extranjeras ya establecidas, será un factor que desincentive la llegada de nuevas empresas.

El mal funcionamiento del mercado de trabajo ha sido dañino para España tras su ingreso en la zona monetaria del euro: al ser un país de tamaño medio, el excesivo crecimiento de los salarios y costes laborales en España no hizo que el Banco Central Europeo (BCE) elevara sus tipos de interés, sino que llevó a que los tipos de interés reales en España fueran especialmente reducidos, e incluso negativos, lo que acrecentó aún más las tensiones inflacionistas.

Ese resultado guarda estrecha relación con la llamada paradoja de Walters –el recientemente fallecido asesor de la Sra. Thatcher, que, a finales de los años 80, criticó que la estabilidad de la parrilla (grid) de tipos de cambio del Sistema Monetario Europeo (SME) provocara una tendencia a la apreciación de las monedas de los países con mayor inflación (como España) y, en consecuencia, tipos de interés más altos–

.Competitividad
La desafortunada consecuencia ha sido que, desde 1999, España ha perdido un 15% de competitividad respecto al promedio de países de la zona euro, y del 30% respecto a Alemania.

A juicio de algunos, esa pérdida hubiera sido todavía más intensa si España no hubiera entrado en el euro, porque al diferencial de inflación habría que haber añadido la apreciación de la peseta derivada de los intentos de la política monetaria por luchar contra la inflación (como ocurrió en España a finales de los 80, hasta la entrada de la peseta en el SME).

La pertenencia al euro obligará ahora a recuperar la competitividad perdida por vías distintas a la tradicional depreciación, pero si España no se hubiera integrado en el euro, la brusca e intensa depreciación de la peseta podría haber tenido efectos muy dañinos sobre el sistema financiero.

Se señaló que uno de los rasgos más sobresalientes del mercado de trabajo español es el elevado peso de los contratos temporales, que alcanzaba hasta hace poco el 30% de los contratos vivos y ha descendido en apenas un trimestre al 27%, al concentrarse en los trabajadores temporales la reducción del empleo.

El gran peso de los contratos temporales hace que en España sea muy elevada la tasa de rotación (es decir, número de nuevos contratos como proporción del número medio de puestos de trabajos), como consecuencia del deseo de las empresas de evitar que los trabajadores temporales pasen a fijos y, en consecuencia, aumenten su derecho a indemnización por despido de 8 a 45 días por año trabajado.

Esa excesiva temporalidad es perniciosa: reduce el incentivo de la empresa y del trabajador a invertir en su formación y, además, entraña «costes de friccionalidad» –puesto que las limitaciones a la renovación indefinida de los contratos temporales de un mismo trabajador lleva a las empresas a contratar a otros trabajadores distintos–

.Otros, sin embargo, recordaron que la situación de otros países de la Unión Europea no es tan distinta a la española, si bien los contratos a tiempo parcial juegan un papel similar al de los contratos temporales en España. Además, hay sectores de actividad –por ejemplo, el turismo de vacaciones– donde la temporalidad es inevitable.

Hubo acuerdo general en descartar que una eventual reforma del mercado laboral modifique el régimen de indemnizaciones por despido actualmente aplicable a los contratos fijos en vigor (esto es, 45 días por año trabajado en caso de despido improcedente, con un máximo de 42 mensualidades).

Se señaló, no obstante, que ese respeto de los «derechos adquiridos» y del «statu quo», razonable y prudente desde el punto de vista socioeconómico y político, no sería en sentido estricto una exigencia jurídica o constitucional: la práctica totalidad de los contratos laborales vigentes contienen una remisión al régimen de indemnización por despido establecido en el Estatuto de los Trabajadores y éste, en pura teoría, podría ser modificado sin que ello entrañara lesión de derechos.

Tuvo apoyo general la idea de potenciar las políticas activas de empleo –que en España representan un gasto de apenas el 0,5% del PIB– y, en particular, ampliar las funciones de las empresas de trabajo temporal (ETT) en las tareas de recolocación de desempleados, como complemento de las labores del INEM.

Hubo opiniones contrapuestas, sin embargo, sobre dos cuestiones: El cálculo del coste efectivo de despido en la actualidad de trabajadores con contrato fijo y el régimen deseable de indemnización para nuevos contratos.

Para algunos, se exagera a menudo el coste efectivo de despido, porque no se toma en cuenta que la indemnización de 45 días por año trabajado se aplica sólo en caso de despido improcedente a los contratos fijos tradicionales, pero no a la modalidad introducida en la reforma de 1997, que la rebajó a 33 días. También debe tenerse presente la supresión del pago de los llamados «salarios de tramitación», mientras se solventan las disputas laborales ante los Tribunales.

Si añadimos a ese hecho el reducido coste de la no renovación de los contratos temporales (8 días por año trabajado), llegaríamos a la conclusión de que el coste medio de despido en España no es muy distinto al vigente en otros países de la Unión Europea, como por ejemplo Francia.

Para otros, sin embargo, los costes de despido en España son elevados y resultan muy perniciosos para las empresas: no sólo elevan el coste del empleo en términos anualizados, sino que provocan la descapitalización de las empresas que tienen que afrontar despidos y, en consecuencia, ven reducida su capacidad de inversión.

Los costes efectivos de despido son elevados porque la jurisdicción laboral sigue siendo muy restrictiva en la calificación de despidos como «procedentes»; porque las empresas procuran evitar la litigiosidad y los conflictos laborales; porque los salarios de tramitación siguen pagándose, en la práctica, en muchos supuestos; y porque los nuevos contratos fijos con indemnización de 33 días se han utilizado muy poco (y apenas representan un 10%). En la práctica, los 45 días por año trabajado son un «suelo» en la posición negociadora de los sindicatos.

Dolado señaló que en la actualidad existe una «maraña contractual» de hasta 17 modalidades distintas de contrato de trabajo, muchos de los cuales son apenas conocidos y utilizados. Propuso que se sustituya por un único contrato, cuyo régimen indemnizatorio esté próximo a la indemnización media satisfecha en la actualidad (tanto para contratos temporales como para contratos fijos).

Esa indemnización podría tener un perfil temporal creciente, en función del número de años trabajados, de forma que, por ejemplo, empezara en 8 días -como los actuales contratos temporales- y creciera progresivamente hasta alcanzar un máximo de 33 días. Un límite máximo inferior a esa cifra -por ejemplo, 20 días por año trabajado- haría la propuesta inaceptable para los sindicatos.

A juicio de algunos, no obstante, la propuesta de Dolado no resultará aceptable para las organizaciones empresariales y podría dificultar la futura recuperación del empleo porque, en la práctica, encarecería el régimen de despido de los nuevos contratos respecto al vigente para los contratos temporales. Se señaló, asimismo, que, incluso a igualdad de indemnización, desde el punto de vista psicológico no es lo mismo «despedir» que «no renovar un contrato temporal».

Se recordó que el gobernador del Banco de España ha venido elogiando recientemente el llamado «modelo austríaco». En Austria, con carácter adicional al seguro de desempleo, las empresas hacen aportaciones a un fondo –parecido a los fondos de pensiones de empresa– que atribuye en régimen de capitalización ciertos derechos económicos a cada empleado.

Aunque su gestión es privada, el Estado garantiza que su rentabilidad nunca sea negativa. Se destinan a tales fondos el 1,3% de la masa salarial, y el importe de los derechos consolidados del conjunto de los trabajadores viene a equivaler en la actualidad a 6 días de trabajo del conjunto de los trabajadores.

Mercado laboral
El sistema recibió en su día una acogida favorable, porque la legislación austríaca no preveía indemnización alguna por despido durante los primeros tres años de contrato.

El trabajador puede disponer de sus derechos consolidados en ese fondo en caso de despido –lo que hace las veces de la «indemnización» por despido en el sistema español–, en el entendido de que si no los utiliza y los ahorra podrá disfrutarlos en el momento de su jubilación. Una de las grandes ventajas del sistema es que los derechos consolidados son «portables» en caso de cambio de empresa, lo que hace que los empleados no teman «perder la antigüedad» cuando cambian de empleo.

Se señaló, sin embargo, que la financiación por las empresas españolas de tales fondos sería muy onerosa si se pretendiera que la cuantía de las indemnizaciones fuera significativa. En lo que atañe a la portabilidad de los derechos, se recordó que, en el caso de profesionales muy cualificados, es frecuente en España que en los cambios de empresa la nueva compañía le reconozca al profesional contratado la antigüedad que ya tenía en su anterior empresa.

Críticas al funcionamiento de la Justicia
El mal funcionamiento de la Justicia en España constituye un grave lastre para el buen funcionamiento de una economía de mercado. El grave retraso en la tramitación de las causas constituye una grave vulneración del principio de «tutela judicial efectiva». Es uno de los motivos que suscita inseguridad jurídica entre los propietarios de viviendas y constituye un lastre para el mercado de alquiler.

A juicio de Cesar Molinas, el problema parece más una cuestión de mala gestión que de falta de recursos, porque las escasas estadísticas existentes revelan que el gasto en Justicia por habitante en España es superior al de Francia. Desde esa óptica, criticó que los sucesivos ministros de Justicia hayan provenido siempre del «gremio», lo que ha perpetuado las tendencias endogámicas y dificultado que la mejora del servicio público de justicia se abordara con criterios profesionales de buena gestión.

Cómo afrontar las debilidades del sistema educativo
El sistema educativo español presenta debilidades en toda la distribución de resultados de los estudiantes: en su «cola inferior», destaca el elevado porcentaje de fracaso escolar, que alcanza al 30%; el nivel medio de formación es mediocre, siendo muy elevado el porcentaje de jóvenes en situación de «analfabetismo funcional»; y en la «cola superior», faltan centros de excelencia.

Ese diagnóstico es aplicable tanto a la educación secundaria, donde se echa en falta mejoras de gestión y, en especial, la profesionalización de la función directiva de Institutos y centros educativos, como a la Universitaria, objeto de una degradación progresiva en las últimas décadas.

A juicio de algunos, un cambio prioritario que favorecería la calidad de las Universidades sería separar la titulación académica (otorgada por las Universidades) del título habilitante para desempeñar actividades profesionales.

25/03/2009 Manuel Conthe (Expansión)

martes, 17 de marzo de 2009

La hora Camps

A llegado la hora Camps.... la hora de "tomar medidas". Desafortunadamente no basta con dejar la cosa en manos del sastrecillo valiente (porque con un nombre tan taurino no puede ser otra cosa).

Bromas a parte, no comparto el optimismo de algunos economistas (obvio comentar el optimismo desaforado de nuestros gobernantes porque, como he comentando en otras ocasiones, o “no tienen ni idea” o nos están “tomando el pelo”; a día de hoy sigo sin tener claro cuál de las dos opciones es peor) que atisban en el horizonte el final de la crisis.

Mi argumento es sencillo. ¿Cuál fue el detonante de la crisis? Aunque algunos parece que ya no lo recuerdan, fueron los llamados “activos tóxicos”. A fecha de hoy todavía no se sabe la cantidad de activos tóxicos que continúan en poder de las entidades financieras. Hasta que no “descontaminemos” el suelo, no podremos comenzar a construir. Y como todavía no sabemos hasta qué profundidad habremos de seguir excavando para extraer residuos tóxicos, creo que es pronto para organizar la fiesta de inauguración del centro comercial.

Algunos hablan de “volver a la normalidad” en 2010. Pero, ¿a qué llamamos “normalidad”? Una cosa tengo clara: lo que muchos consideran “normalidad” no va a regresar; al menos en mucho tiempo. Esa orgía desenfrenada de créditos al consumo, hipotecarios a 50 años para el 120% del valor de una vivienda, leasings, rentings… no regresará en años. Las entidades financieras deberán redefinir el concepto “normalidad”, al igual que las personas, las familias y muchas empresas (como el sector de la automoción)

Ahora bien, no regresar a la “era del desenfreno”, a los tiempos de la “liquidez perpetua” y las “orgías consumistas”, no implica necesariamente caer en una depresión. Ahora que celebramos el bicentenario de Charles Darwin hemos de recordar que la humanidad se adapta a los cambios para sobrevivir, y eso es lo que toca.Deflación, caída generalizada de precios, paro… lo que se conoce como “depresión”, tampoco lo veo. Eso creo que es algo ya superado (del crack de 1929, del siglo XX).

En algún momento la tendencia cambiará; y solo tengo un argumento para defender esta teoría: sigue habiendo pasta a tutiplé. Esta crisis se ha llevado por delante mucho, mucho dinero (basta con leer lo que han perdido los amigos de la lista de Forbes). Pero eso no significa que el dinero haya “desaparecido” o se haya “destruido”. Sigue habiendo mucho dinero. Y el dinero se caracteriza por una serie de cosas: es nervioso e impaciente (no puede estarse quieto); es cauto (y más con la que ha caído); y tiene ganas de marcha (necesita encontrar rentabilidad)Ese dinero está esperando una señal. Por supuesto que no será la Bolsa (nuestros nietos no sabrán lo que era Wall Street y tendremos que explicárselo contando alguna batallita sobre la pasta que perdimos en su día con acciones de tal empresa….), ni el ladrillo… El dinero está buscando operaciones rápidas y seguras aunque supongan baja rentabilidad (eso de invertir 10 millones en un solar y esperar 5 años para ver como se convierten en 30 millones, con un elevado riesgo…pasa a la historia).

Dinero haberlo haylo, de manera que no vamos a entrar en una depresión apocalíptica. Necesitamos nuevos “conceptos” para definir la que nos viene encima.Porque sin duda, lo peor está por llegar.

Un PIB en ruinas

Nuestro PIB tiene un problema mayor que la recesión: la desesperación. No hay por dónde agarrarlo. Se han agotado las fuentes de crecimiento, los elementos que han traccionado de su crecimiento en los últimos quince años, y no hay en el horizonte una locomotora que sustituya a esas fuentes de crecimiento.

El principal factor que ha contribuido a un favorable crecimiento de nuestra economía durante algo más de una década ha sido la construcción, traccionada fundamentalmente por unos tipos de interés a la baja (boom de la vivienda) y por los fondos de cohesión comunitarios (obra pública). Aquellos fondos estructurales, no solo modernizaron nuestras infraestructuras (autopistas, aeropuertos, líneas de tren de alta velocidad, puertos…) sino que generaron de forma directa 375.000 empleos directos más otros cientos de miles indirectos. Pero con las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea, España se convierte en contribuidor neto y aquella fuente de crecimiento se agota.

Por otro lado, la inversión extranjera directa está cayendo. Las empresas multinacionales hace años que dejaron de fijarse en España para centrar sus miradas en los antiguos países del Este y en los tigres asiáticos. De los 36.000 millones de dólares de inversión extranjera directa en 2002 se cayó a solo 10.000 millones en 2004 y en 2007 la cifra no alcanzó los 5.000 millones. Las multinacionales ubicadas en España invierten lo justo para pintar las fachadas de las pocas fábricas que les quedan en la vieja piel de toro y para renovar algún mueble de sus oficinas. La convergencia salarial con los países de la Unión Europea hace que nuestra mano de obra ya no sea económicamente atractiva. Y no es solo que las multinacionales abandonen nuestro país; cada vez son más las empresas españolas que trasladan su actividad productiva a otras latitudes, desde la industria (textil, calzado, automoción, electrodomésticos…) hasta los servicios (ya sean poco cualificados, como los call-center en Perú o cualificados como el diseño y la creatividad publicitaria en Argentina o la programación en India)

Para muchos, la situación no tiene por qué ser tan alarmante, porque, si bien algunos elementos de nuestra economía se ralentizan (producción industrial, construcción…), el principal generador de recursos para nuestro PIB no se agotará (al menos en los próximos mil millones de años): el sol. Afirmativo. Pero no lo es menos que el crecimiento de nuestra principal fuente de ingresos, el turismo, es cuanto menos incierto. En 2008 se volvió a batir el record de turistas que visitaron nuestro país. Pero por otro lado, descendieron un 2% los ingresos (por la presión sobre el precio que ejercen los grandes tour operadores). Nos vistan más…e ingresan menos. Y mientras tanto, los empresarios del sector ven como sus costes se incrementan constantemente: los alimentos, la mano de obra, la energía, los servicios… Durante las últimas décadas España ha sido receptor de millones de turistas que, movidos por los grandes tour operadores, acudían a destinos baratos. Precios y sol fueron los dos grandes argumentos. Pero ahora España ya no tiene unos costes tan bajos. No alterar los precios significa reducir los márgenes. Siguen llegando más turistas que nunca, aumentan los ingresos, pero se reduce la rentabilidad. Además, esta práctica tiene un límite. ¿Qué sucederá cuando no sea posible seguir ofreciendo a los grandes tour operadores y mayoristas unos precios tan competitivos? ¿Cambiarán éstos sus destinos hacia países como Turquía, Túnez, Marruecos, Montenegro, etc.? Si ello llega a suceder, ¿cómo reposicionamos el sector?

Cierto es que muchas de estas cosas se sabían de antemano: que los fondos estructurales no serían eternos; que España dejaría de ser un país con mano de obra barata; etc. Pero, ¿hemos hecho bien los deberes para afrontar esta situación? La economía del ladrillo fue una economía del presente que hipotecó nuestro futuro.

La educación deja mucho que desear (lo muestra desde el informe PISA –con pruebas que sitúan a nuestros adolescentes en el puesto veintitantos del ranking- hasta el prestigio de nuestras Universidades –ninguna entre las 50 mejores de la UE y ninguna entre las 100 mejores del mundo), España es uno de los pocos países occidentales en los cuales la productividad desciende (PIB entre personas que trabajan) mientras vemos como, a pesar de ser la quinta economía de la UE, se ocupa el furgón de cola en I+D (decimocuarta posición) y en inversión de las empresas en TIC en relación al Producto Interior Bruto (decimoquinta posición).Las consecuencias van a ser graves porque, en contra de lo que algunos piensan, la fiesta no ha hecho más que empezar. La baja productividad de nuestras empresas (un 50% en relación a las estadounidenses y un 15% por debajo de la media de la Unión europea de los 15) nos pasará factura en los próximos años. Otras potencias económicas aguantarán el chaparrón gracias a su presencia en mercados internacionales que crecen (como China e India). El déficit comercial español y el bajo nivel de internacionalización de nuestra economía (en especial de las pequeñas y medianas empresas) impedirá a nuestro país utilizar esa válvula de escape.

Mirando la descomposición de nuestro PIB…me pongo a llorar. No veo nada alentador. La mitad corresponde a sectores muy poco competitivos. Muchos dicen ahora que “necesitamos innovación”. Cuando unos pocos decíamos hace diez años (cuando se decía aquello de “España va bien!”) que España iba mal encaminada y necesitábamos innovación, nos miraban como a extraterrestres (“las cosas van muy, muy bien…y nada parece indicar que puedan ir a peor”…me llegó a decir enojado un asistente a una de mis conferencias)

La capacidad de reacción del Gobierno está siendo peor que nula: perjudicial. Porque cuando uno no hace nada ya que no sabe qué hacer, al menos es consciente de que la pasividad agravará el problema. Pero cuando uno hace algo absolutamente inútil creyendo que con ello mejorará la situación, no solo está impidiendo que el problema se resuelva, sino que ignora la realidad y la situación se agrava sin ser consciente de ello. El “Plan E” ha demostrado ser lo que muchos pensaban cuando se presentó: Estúpido.Yo soy el primero que digo que más vale un mal Plan que no tener ningún Plan. Pero el problema es que el “Plan E” no es ni tan siquiera un mal plan… No es nada.Cuando hablamos de planes estamos hablando de reformas estructurales (y poner a miles de personas a cavar zanjas no es una reforma) para evitar que nuestro país se “japonice” (nuestro PIB comience a desangrarse a lo bestia).

1. Tenemos que abordar una profunda remodelación del mercado laboral

Por ahora solo los “políticamente incorrectos” nos atrevemos a decirlo: hay que flexibilizar el despido. No digo abaratarlo…sino flexibilizarlo, porque únicamente abaratarlo no es suficiente. Cuando hablo de “flexibilizarlo” hablo de facilitar los trámites, eliminar el proceso de estigmatización social que se genera en torno a una empresa o empresario que despide, etc. Ver el despido como algo normal en una economía de libre mercado normal. Al margen por supuesto de reducir drásticamente las indemnizaciones.Sin esa flexibilización muchas empresa van a morir. Hay empresa que necesitan despedir hoy al 10% de la plantilla por la reducción de sus ventas o pedidos (un hecho constatable!) y no pueden hacerlo porque no disponen de liquidez para las indemnizaciones y consecuentemente su situación se agrava –no están “entre la espada y la pared” sino entre “dos espadas” que aprietan cada vez más y desangran a las empresas: por un lado no llegan las ingresos y por otro no pueden reducir los coste laborales- lo que está abocando a la quiebra a miles de empresa.

Un país con cuatro millones de parados es una desgracia. Pero puede haber algo mucho peor: un país con cuatro millones de parados y sin empresas que puedan ofrecerles un empleo a corto plazo. El gobierno y los sindicatos se afanan en proteger a los trabajadores (rectifico…en el caso de los sindicatos solo a los trabajadores con trabajo), cuando lo que hay que proteger son los trabajos, es decir, las empresas.

En España hay 3 millones de PYMES de menos de 50 trabajadores. Si todas ellas pudieran contratar a una persona, se acabaría con el paro. Si por el contrario dejamos morir al 10% de esas empresas tendremos otros 3 millones más parados…. ¡Este país necesita medidas para salvar las empresas! Comenzando por las reducciones de las cotizaciones de la seguridad social. El servicio de estudios del BBVA propone bajar en 3,5 puntos las cotizaciones sociales a las empresas (aunque también propone subir en dos puntos el Impuesto sobre el Valor Añadido para que la medida sea "neutral" en términos de recaudación, ya que la subida del IVA compensaría la bajada de las cotizaciones -no disminuirían los ingresos tributarios en una año con déficit brutal- y, según el BBVA, se crearían 280.000 puestos de trabajo y se aportaría medio punto al crecimiento del PIB)Como decía en otro post, una subida del IVA al 18% no es la mejor idea para estimular un consumo que decrece a marchas forzadas (y este considero que es uno de los principales elementos sobre los que hemos de incidir: que la gente consuma). De poco sirve que la gente trabaje, si no consume (pero claro, es una recomendación de un banco: siempre pueden hacer imposiciones a renta fija).

Algunos dicen que bajar los impuestos a las empresas y flexibilizar los despidos no genera empleo. Claro que no. De otra forma el problema del paro se resolvía con un par de decretos. Bajar impuestos no crea empleos. Pero puede permitir que muchas empresas sobrevivan; y sin empresas que sobrevivan no habrá más empleo, sino mucho más paro.Existe una gran demagogia entorno a todo esto; cuando se habla de flexibilizar el despido, reducir impuestos a las empresas, etc. son muchos los que saltan al cuello aludiendo a Botín, la CEOE, Amancio Ortega… diciendo que eso solo sirve para hacer ricos a los “empresarios”… Mucha gente tiene una idea equivocada del concepto “empresario”. Los Botines, Boludas, Florentinos, Pozeros… se pueden contar con los dedos de unas pocas manos. Pero existen en este país millones de pequeños EMPRESARIOS (con mayúsculas) a los que se les está estrangulando desde la banca, el Gobierno y la demagogia.De todas formas…quiero recordar una cosa: estamos ante la mayor crisis de la historia reciente. Salvar las empresas no es un capricho…sino una imperiosa necesidad, si no queremos seguir cayendo hasta un profundo abismo. Si no salvamos a nuestras empresas España se va a caer de la lista de países desarrollados y dentro de cuatro o cinco años nos compararemos con el “segundo mundo” (no con países como Somalia pero si con Argentina, Perú, Ecuador, Indonesia…)

Si protegemos en exceso a los trabajadores estaremos condenando a los parados. Aunque resulte paradójico, en la situación de excepcionalidad en la que vivimos solo desprotegiendo a los trabajadores estaremos protegiendo el empleo. Son muchos los que hablan de conquistas sociales irrenunciables… pero en ocasiones la única posibilidad de superar un obstáculo pasa por dar unos pasos hacia atrás…para poder impulsarnos hacia adelante.Por otro lado, el grave problema de productividad de las empresas españolas no se resuelve únicamente a base de reducir costes salariales. Se ha de trabajar a fondo en materia de innovación…y como bien saben quiénes me siguen…la innovación pasa por las personas. Solo las organizaciones que atraigan, fidelicen y utilicen el talento de las personas, podrán evolucionar de forma significativa. Es una paradoja hablar de flexibilizar el despido y fidelizar el talento, pero no una contradicción: ambas cuestiones son necesarias…porque solo yendo en una de esas direcciones (reduciendo costes o incrementando el valor) se mejora la productividad.Es difícil involucrar a las personas siendo el país de la UE con mayor porcentaje de trabajadores temporales (superior al 30%, frente a una media en torno al 15% en la UE). Pero esto es así por las consecuencias de las elevadas indemnizaciones para los contratos fijos que han “segmentado” el mercado de trabajo en “fijos” y “temporales

2. Reducir los salarios

Nuestros salarios son de Disneylandia: una fantasía irreal si los analizamos en relación a la productividad.Los costes salariales españoles son demasiado elevados en comparación con los europeos al analizar la productividad de nuestras empresas. La gente conduce coches alemanes, cobra como trabajadores alemanes…y produce como trabajadores checos. Trabajadores que conducen un BMW y empresas cuya productividad es tan baja nos llevan a la ruina. Nuestros trabajadores han de conducir Skodas porque nuestras empresas no son tan competitivas como las alemanas. Necesitamos urgentemente aumentar la productividad para poder mantener los salarios o, de lo contrario, actualizarlos (congelarlos como pretende Volkswagen para salvar la factoría de Seat en Barcelona o incluso reducirlos; muchas PYMES no sobrevivirán si no reducen un 15% sus salarios…ya que a corto plazo no van a ser capaces de mejorar su productividad optimizando procesos)

El problema es que nos hemos acostumbrado al BMW, la tele de 47 pulgadas y varias vacaciones al año (para esquiar en navidades, playita en verano y escapaditas a hoteles con encanto entre ambas). Solo reconociendo entre todos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades abordaremos este necesario reajuste sin tensiones ni sobresaltos.

Porque aún no he hablado de ello… ya que seguro tendré que dedicar otro artículo en un futuro no muy lejano… La tensión social no solo se masca en el ambiente…sino que nos viene encima de forma imparable.Sin medidas estructurales no se va a solucionar la crisis española (nuestra particular crisis)…aún solucionándose la crisis global. Y como la solución de la segunda tampoco está claro sea inminente…blanco y en botella…leche!

Nada parece indicar que podamos evitar los 5 millones de parados, un déficit cercano al 10%... y que no se puedan pagar subsididos por desempleo, etc. Si no hacemos nada para evitarlo (si no tomamos medidas estructurales ya) el problema se agravará y dentro de unos meses (otoño de 2009) tendremos serios conflictos sociales en las calles: huelgas generales, manifestaciones, etc.

3. Redefinir el Estado de las Autonomías

Otra de las cuestiones en las que muchos no quieren meterse porque sin duda es un berenjenal de tres al cuarto. Pero el Estado de las Autonomías agrava la crisis.Hace poco hemos visto a los policías manifestándose por las calles de Madrid (de forma pacífica…porque de otra manera hubiese resultado curioso ver como se autodisuelven a ellos mismos) exigiendo equiparar sus sueldo a los de otros policías. Y es que en ningún otro país del mundo existen tantos cuerpos de policía por ciudadano como en el nuestro: Mossos, Ertzainas, Nacionales, Guardia Civil, Forales, Miñones…por no hablar de los municipales de cada localidad…sea grande o pequeña. Al margen de la duplicación de funciones en muchos estamentos, todos quieren cobrar como el que más cobra…sean funcionarios de justicia, policías, médicos…

También en estos días asistimos a otro conflicto, en este caso relacionado con la Ley del Aborto. Los políticos esgrimen un argumento cuando hablan de la necesidad de modificar dicha Ley: fue creada hace tantos años…que es necesaria una actualización para adaptarla a los nuevos tiempos. ¿Y qué sucede con el Estado de las Autonomías plasmado en la Constitución Española en la noche de los tiempos? Muchos de los lectores de este artículo no habían nacido. Se perfiló en la era en la cual las películas de Esteso y Pajares arrasaban en las taquillas (las “Autonosuyas”)

Simplificando mucho (no soy para nada experto en la materia…vamos…que no tengo ni idea y no quiero meter la pata más de lo que lo hago habitualmente) el Estado de las Autonomías fue una canalización de la pluralidad étnico-lingüistica de este país, de los diferentes derechos históricos que fueron abolidos a lo largo del siglo XX y de las diferentes sensibilidades nacionalistas. Bonito si, pero de práctico nada.

Cuando hay un accidente de tráfico en la “frontera” entre dos Comunidades Autónomas los conductores de la ambulancia se hacen un lio para decidir hacia qué hospital se dirigen (en ocasiones tienen que recorrer más kilómetros para trasladar a los heridos “dentro” de la Comunidad). Hay Comunidades que denuncian a otras ante los Tribunales por sus políticas fiscales (incluso compañeros de un mismo partido que defienden cada uno los intereses de sus propia Comunidad). Hay un Cristo montado con la financiación de muchas de esas Autonomías. Un follón de tres narices con el tema del agua… Y todo ello en un país de 45 millones de personas con 17 Autonomías. Hombre…en Estados Unidos se comprende un federalismo tal (California tiene casi tantos habitantes como España y varios Estados mayor superficie que nuestro pequeño país). Hemos creado los Estados Desunidos de Iberia.

No es una cuestión política, sino económica. Hay empresas Norteamericanas que han desestimado instalarse en España porque no es un país, sino 17. Por poner un ejemplo, una empresa con la que trabajo, dedicada a reciclar residuos industriales, si tiene un pico de actividad en Navarra y camiones y personas paradas en Alava no puede destinarlos a resolver el pico de demanda en la otra Comunidad porque no tiene permisos o porque sus trabajadores desconocen los procesos en la misma (ya que cada Comunidad tiene su propio reglamento). Lo hemos visto con el problema cinegético de Bermejo…que estaba cazando con licencia de Castilla la Mancha en Andalucía y como se había dejado el GPS en casa….

Parece una coña…pero de la misma manera que un cazador necesita 17 licencias para cazar o pescar en este pequeño país…algo similar les sucede a muchas empresas.Pero lo que sería simplemente una anécdota adquiere tintes de complejo problema cuando llegan las épocas de vacas flacas. Con un déficit de órdago no tardarán en llegar los problemas para la financiación de tantos millones de funcionarios en tantas administraciones duplicadas. En algunos casos, no solo es un engorro para el ciudadano (o un problema gravísimo como hemos visto en el caso de la justicia…con la gran “desconexión” entre juzgados) que ve como su expediente médico no es accesible desde el ordenador del ambulatorio de Murcia…donde estaba de vacaciones…porque el sistema informático de su Comunidad es diferente…(en algunos casos….todos los sistemas son diferentes en todas las Comunidades) sino un grave problema de despilfarro.Estos días hemos visto como el problema de la financiación de las Autonomías está llevando a muchas empresas a la quiebra: algunas llevan hasta dos años de retraso en los pagos a pequeñas y medianas empresas. Y lo peor no es que no hayan pagado…sino que a partir de ahora va a resultar más difícil que puedan pagar.

Este es un país que siempre agarra el rábano por las hojas. Llenamos páginas de periódicos y horas de tertulia hablando del buga de Touriño…pero…¿sabe alguien a cuantas unidades asciende el parque automovilístico de todas las Autonomías juntas? Los coches de los presidentes (los tiquet del Taxi de Revilla), de los consejeros…de los diputados forales… ¡Cuanto dinero se nos va por el desagüe autonómico! Sobre todo ahora…que lo necesitamos más que nunca. Por eso, dejar en suspenso determinadas competencias, no creo que sea una idea demasiado alocada.

4. Redefinir el tiempo y el espacio

Para consumir tenemos que tener dinero; para tener dinero tenemos que trabajar; pero trabajamos tanto que no tenemos tiempo para consumir.Una medida digna de analizar sería la de la reducción de las jornadas laborables. La gente podría trabajar a media jornada…así dedicaría la otra media a muchas otras cosas…entre ellas a consumir. O podríamos reducir la semana laborable a cuatro días. Si a la gente le das más tiempo para estar fuera de su trabajo… termina por consumir.Otra medida que podemos implantar es la libertad de horarios comerciales; sobre todo los domingos y festivos. Es patético ver a miles de personas en un Centro Comercial un domingo lluvioso…con todas las tiendas cerradas; a la gente hay que darle más oportunidades para consumir. Porque necesitamos urgentemente que la gente consuma.Libertad temporal y mucha más movilidad espacial. Resulta patético comprobar lo inmóviles que somos los ciudadanos de este país (¡yo el primero! Nací en Bilbao, fui al colegio en Bilbao, estudié mi carrera en Bilbao, trabajo en Bilbao, me casé en Bilbao, mis hijos han nacido en Bilbao...) Tenemos escasa predisposición a movernos hacia donde se encuentran las oportunidades. Es un factor cultural y económico (desarrollo de un mercado de alquiler de viviendas, viviendas sociales que favorezcan la movilidad geográfica de los trabajadores, etc.)